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Me gusta todo de ti.

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lunes, 18 de mayo de 2015

Capitulo 14

 14



A la mañana siguiente, el olor a tostadas me despierta y los ruidos de la cocina también, me levanto de la cama a duras penas y con los ojos aún pegados, no me he quitado ni el maquillaje, tengo que ser un mapache ahora mismo. Cojo una toallita desmaquillante de mi neceser y voy al baño, me lavo la cara con jabón y acto seguido me la seco y luego me quito los restos de maquillaje con la toallita, me miro al espejo y parezco otra, madre mía que milagros hace el maquillaje, no parezco ni yo. 
Me recojo el pelo y una vez lista, bajo las escaleras, el olor a tostadas y a leche caliente aumenta e impregna mis fosas nasales, miro a mi derecha y veo Víctor en la cocina, es todo un cocinitas el tío, sonrío inevitablemente y me acerco a él por detrás.

—Buenos días.—Digo en voz baja mientras observo todo lo que había preparado.

Él sonríe de lado y luego me mira.

—Pensaba llevarte el desayuno a la cama, buenos días, estás preciosa.

Alzó ambas cejas sorprendida al escucharle, ¿preciosa? Creo que empieza a perder la vista, obviamente lo dice por cumplir como la mayoría de los tíos cuando ven a una chica recién levantada, bueno la mayoría no, Dani y Adri son sinceros..

—Bueno, pues ya he bajado yo a desayunar. —Respondo ignorando su piropo. —¿No es mucha comida para el desayuno? —Pregunto frunciendo el ceño.

En la encimera había zumo de naranja, tostadas, croissants, fruta y colacao. 

—El desayuno es la comida mas importante del día. Aunque yo hubiese preferido desayunar otra cosa. —Me dice perverso mientras me mira el canalillo y yo me tenso.



Sin poder responder a semejante comentario, me limité a llevar los cubiertos y parte del súper desayuno a la mesa del salón, tras de mi venía Víctor con los vasos de zumo y las tazas de colacao. Me sorprende que no sea de tomar café y que sea de los míos, aunque yo de vez en cuando si que suelo beberme un buen café caliente para espabilar las neuronas. Nos sentamos en la mesa y comenzamos a desayunar, doy un sorbo al zumo de naranja recién exprimido, lo que me recuerda a los que me hacía mi abuela por las mañanas en invierno, para no resfriarme según ella. Mientras Víctor me imita, y luego unta mantequilla en una de las tostadas.

—¿Que te apetece hacer hoy? ¿Quieres ver el pueblo?.

Yo me encojo de hombros.

—La verdad es que, no me apetece mucho andar de ruta turística hoy, prefiero algo mas tranquilo. Y luego podemos ir a ver a tu madre.

Cuando digo eso último su gesto se endurece y aparta la vista de mi, yo trago saliva, creo que cagado pero, si he venido no es para estar pa' rriba y pa' bajo con él, si no para ayudarle con lo de su madre, para que no quiera evadirlo, si no que lo afronte. 
—Claro, iremos a la plaza del pueblo y a un parque cercano, al menos para que veas algo y luego, vamos a ver a mi madre. —Me responde impasible mientras da un mordisco a su tostada y yo me termino el zumo de naranja.



Después de desayunar y bien desayunados, subimos arriba, tengo que darme una ducha y el también así que el coge el baño de abajo y yo me quedo en el de arriba. Cojo ropa cómoda, unos vaqueros estilo leggins, unas bambas blancas y una camiseta de Estados Unidos junto con la ropa interior. Entro al baño y justo antes de meterme en la ducha suena mi móvil, me envuelvo en la toalla rápidamente hacia la habitación, lo cojo del tocador y me pongo nerviosa al ver quien me llama; Sergio. Descuelgo el teléfono e intento hacerme la dura.

—¿Si?—Contesto.

—Hola morena. ¿Como estás?.—Su voz suena tierna, tiene el rabo entre las piernas, literalmente.

—¿Desde cuando te importa? 

Él suspira y yo me muerdo el labio, estoy deseando de decirle que me muero por verle pero no, me contengo.

—Desde siempre, siempre me importas. Oye se que mi comportamiento fue..

Antes de que termine la frase le corto.

—¿Incomprensible? ¿Estúpido? ¿Egoísta? ¿Peor que el de un niño pequeño?.—Alzo ambas cejas molesta aunque el no pueda verme mientras empiezo a dar vueltas por la habitación.

—Todo eso y más..Pero entiéndeme..No me gusta que estés allí con él..

Ésta es la mía, pienso soltárselo.

—Ahá, aquí con el no. Pero en un club liberal y que me toquen tíos y tías delante de ti te la suda ¿no?. 

—Mara..Escucha..—Vuelvo a cortarle, no me apetece seguir hablando con él y tengo prisa.

—Sergio, tengo cosas que hacer. Adiós.

Le cuelgo sin pensarlo dos veces y tiro el móvil en la cama, vuelvo al baño y cierro la puerta metiéndome de una vez en la ducha. Me va a sentar de maravilla relajarme con el agua caliente.


Después de una hora arreglándonos, tanto Víctor como yo estamos listos. Cojo mi bolso y el sus pertenencias y salimos de su casa, caminamos calle abajo hasta llegar a una bonita plaza, la cual observo que se llama “Plaza Florentino Rodriguez”.
Nos sentamos en un banco cercano, junto a una fuente mientras charlamos. Debo reconocer que es un pueblo muy bonito, me explica cada lugar mientras me lo señala con el dedo e incluso hace un pequeño chiste que me hace reír debido a su acento gaditano que tanto me gusta.


Seguimos haciendo un pequeño tour por el pueblo hasta que me doy cuenta de la hora que es y rápidamente lo insto a que vayamos a ver a su madre. Repetimos el proceso del día anterior, nos montamos en la moto y conduce camino al hospital. 
Pasamos mas de una hora en la habitación, en el silencio mas absoluto mientras el esta sentado al lado de la cama, sosteniendo la mano de su madre, aun en coma. Yo me limito a mirarles, debe de ser muy duro pasar por eso, aunque yo con mi madre no me llevo especialmente bien pero no querría verla así, creo que preferiría estar yo en su lugar. Tras las dos horas casi tres, nos vamos del hospital mientras yo le agarro del brazo y se lo acaricio, para tratar de reconfortarle, él me sonríe y besa mi sien de una manera tierna, al salir nos ponemos los cascos y nos subimos a la moto, rumbo de nuevo a su casa.







Decido darme una ducha, la verdad es que la necesito para dormir bien y no pensar demasiado en Sergio, empiezo a arrepentirme de haberle contestado así, cuando lo que mas deseo es tenerlo entre mis brazos..Aunque con Víctor..Me siento bien. Entro al baño con toda mi ropa para no tener que salir envuelta en la toalla, pues no es mi casa e imaginándome que le gusto a Víctor no veo correcto andar en pelotas por su casa. 
Me desnudo y entro en la ducha abriendo el grifo, poniendo el agua calentita y me meto bajo la alcachofa, cerrando los ojos mientras siento el agua caliente correr por mi cabello y mi cuerpo, no hay nada que siente mejor que esto. Me lavo bien el pelo con el champú y luego el cuerpo con el gel de baño, aclaro mi cabello y también mi piel y luego cierro el grifo, echando la cortina a un lado para coger la toalla, la cual no veo por ningún sitio...¡Ay madre! No hay toalla...¿Y ahora que hago? Me llevo las manos a la cabeza y aclaro mi garganta, escondida tras la cortina de ducha, no me queda otro remedio.


—¡¡Victor!!—Grité con fuerza para que me oyera desde la planta baja.

Al minuto ya estaba al otro lado de la puerta.

—¿Que pasa estás bien?—Me dice preocupado.

—Bueno es que..No me he dado cuenta y no cogi la toalla, ¿puedes dármela? Está encima de la cama. 

Al no responder deduzco que ha ido a por ella, y así es, lo confirmo cuando abre la puerta del baño sin querer mirarme y yo me refugio en la cortina como si fuera una niña pequeña a la que le da vergüenza que la vean desnuda. Extiende la mano sin mirarme y yo alargo la mía para coger la toalla.

—Gracias.—Murmuro.

Él solo sonríe con picardía y luego sale del baño, yo después suspiro aliviada y me envuelvo en la toalla saliendo de la bañera.



Tras la cena, no aguanto mas y me derrumbo, esta situación con Sergio y Víctor me está matando y me veo venir lo peor, que en algún momento tendré que elegir por que, lo que siento por el rubio es fuerte pero mucho que intente no hacerlo, Víctor también esta despertando cosas en mi interior, aunque me gustaba mas siendo el tipo duro y sexy que conocí, ahora está muy blando pero por lo de su madre es normal..Rompo a llorar en la que es mi habitación en mi estancia aquí, con la puerta cerrada y cuando menos lo espero esta se abre e intento secar mis lágrimas lo mas rápido posible, Víctor se acerca a mi y se pone en el borde de la cama.

—¿Que te pasa, morena?.—Aparta las lágrimas restantes de mi rostro mientras yo arrugo el gesto.

—No lo sé..Estar así con Sergio, no sé no me gusta esto Víctor. No me gusta como reaccionó...



Negué con la cabeza mientras trataba de no volver a llorar, pero entonces el me abrazó y el llanto fue en aumento. Se tumbó en mi cama conmigo, arropándome y acariciando mi cabello para relajarme. Y lo consiguió, de tal forma que a los pocos minutos me quedé dormida sobre su pecho, casi como la primera vez.

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