2.6
El día pasa volando y llega la hora del cierre de la tienda , a las diez y media bajo las persianas y mis compañeras se marchan , mi encargada vuelve a preocuparse de si estoy bien por lo que me pasó esta tarde y yo asiento sonriente , cuando se marchan y las despido miro a todos lados y por suerte no veo a Sergio así que saco mis auriculares del bolso y los pongo en el móvil pero cuando voy a buscar la música el claxon de un coche me distrae , miro hacia mi derecha y veo un cochazo un Audi A4 negro , con los cristales de detras tintados , no logro ver quien va en el interior pero por deducción y por lo que me dijo al medio día debe de ser Sergio. Veo como pone los intermitentes baja la ventanilla y..¡Bingo! Es Sergio , me hace un gesto con la cabeza para que me suba al coche , yo resoplo y sólo me acerco a la ventanilla me quito los cascos y me dispongo a hablarle pero antes de que lo haga el me interrumpe.
—Sube al coche , Mara.— Me dice en el típico tono que pondría mi padre y yo frunzo el ceño mirándole.
¿Perdón? Ni siquiera mi padre me habla así con veinticinco años que tengo mucho menos me va a hablar así él , así sea el jefe o el Rey de España.
—No.
—Mara , sube al coche. O te subo yo.
Me mira serio y en ese momento me acuerdo de Christian Grey. Lo ignoro y me giro para caminar e irme a mi casa andando , pero entonces oigo como la puerta del coche se abre y como si tuviera seis años empiezo a correr y el me sigue. ¡Dios! Quien nos vea se estará hartando de reir a costa nuestra. Por desgracia mis quemados pulmones no me dejan correr tanto como quisiera y termina alcanzandome , me agarra por la cintura por detras y me pega a el soltando una carcajada , yo por orgullo evito reirme pero debo reconocer que ha sido bastante divertido huir de él , es como jugar al "tú la llevas". Me gira de modo que quede mirando hacia él y me sonríe.
—No estas muy en forma eh.— Me dice en tono burlon y yo niego sin poder evitar reírme.
—Ya bueno , llevo tiempo sin hacer deporte.
—Vamos ven al coche , te invito a cenar.— Me dice tiernamente.
Su gesto ha cambiado , ya no es frío y serio , ahora es tierno , muy tierno , creo que este juego de niño de seis años lo ha ablandado y me alegro , no me apetecía que me hiciera un tercer grado sobre la visita de mi ex novio a Madrid así que , asiento y camino con el hacia el Audi A4 que hemos dejado un poco atrás con nuestra pequeña carrera o bueno , mas bien mi carrera. Una vez nos acercamos muy caballeroso el me abre la puerta del copiloto y yo sonrío , pensaba que eso pasaba solo en los libros , en las películas románticas , en las series y en..¿El siglo XX? Una vez dentro del coche , Sergio arranca y ponemos rumbo a no sé donde , cuándo paramos en un semáforo me mira y me pregunta dónde me apetecería cenar , mi respuesta sería Mcdonald claramente pero puesto que ya he almorzado allí , no voy a repetir así que le dejo elegir a él , cuando le digo eso , sonríe ampliamente , a saber donde me lleva. Conduce con el coche hacia la Castellana , pero el coche está aburrido sin música así que le pido que ponga la música , accede y me sorprendo al ver lo que suena en el coche de un jefe tan "sofisticado" REGGAETON , sí sí , reggaetón del bueno si no me equivoco creo que es Ñengo Flow con Farina , conozco la canción se llama Pum Pum , me aguanto la risa apretando los labios y miro hacia otro lado pero él se da cuenta y me mira.
—¿De que se ríe señorita García?.
Lo miro y no puedo evitar reirme durante unos segundos , luego garraspeo , me pongo algo mas seria y lo miro.
—No te pega escuchar este tipo de música. En absoluto.
El alza una ceja mirandome y vuelve a mirar hacia la carretera.
—¿Que música me pega segun usted?.
Me encojo de hombros mirando también hacia el frente.
—Música clásica o algo así.
El se echa a reír al oirme y entonces yo le miro a él.
—Las apariencias engañan , mas de lo que crees.
Me mira fijamente con una sonrisa perversa y yo por primera vez me sonrojo y aparto rapidamente la mirada e intento que mi larga melena negra cubra el rosado de mis mejillas. Seguimos escuchando mas reggaetón hasta llegar a la Castellana y una vez allí aparca frente a un restaurante llamado SantCeloni , la entrada está formada por unas vigas de madera , muy original y el cartel es de letras plateadas , también puedo ver que se encuentra situado junto al Hotel Hesperia Madrid , vaya , parece un restaurante bastante caro , nunca he ido a un sitio asi y para una vez que vengo , voy con la ropa del trabajo , que feo. Fuera hay un hombre vestido de negro , parece ser el típico aparcacoches que sale en las películas de ricachones , Sergio se baja del coche y viene hacia la puerta del copiloto antes de que yo pueda abrirla y acto seguido la abre él , me quito el cinturon y me bajo del coche , luego me agarra de la cintura y yo noto como mis piernas van a temblar de un momento a otro , no espera, ya están temblando , le da las llaves al aparcacoches y caminamos hacia el interior del restaurante , las puertas autómaticas de cristal se abren para nosotros y no puedo evitar abrir los ojos como platos al ver semejante lugar , parece sacado de Pretty Woman , madre mía vaya pasada de lugar. Cuando entramos el suelo esta compuesto de baldosas negras y blancas , parece un tablero de ajedrez pero solo unos metros por que a la izquierda y a la derecha las baldosas son de un color crema muy bonito , hay mucha decoración , nada mas entrar a nuestra derecha puedo ver un escritorio de madera antiguo , mesas y sillas , aunque eso creo que es para cenar pero ¿cenar justo al lado de la salida? Así se hace un simpa. Observo todo el restaurante alucinada , toda la decoración es en tonos marrones y cremas , hay muchas mesas , algunas para cuatro comensales y otras para dos , cuando damos dos pasos mas un hombro alto y con el pelo canoso se nos acerca , reconoce a Sergio y él le sonríe , dios mío que vergüenza y yo con estas fachas..Sergio le pide una mesa en el comedor privado y yo abro los ojos como platos al oirlo ¿Comedor privado? Madre mía me siento como Julia Roberts pero sin ser de su profesión. Mientras caminamos siguiendo al que supongo que sera el maître hacia el comedor privado sigo embobada con el lugar , las mesas con manteles de un blanco impecable y las típicas tres copas que te ponen en las mesas de bodas , dos platos , y no alcanzo a fijarme cuántos cubiertos hay , creo que tres. Despúes de cruzar el restaurante el maître abre una puerta bastante amplia de color negro , nos deja pasar y Sergio me cede el paso entrando luego tras de mi , al pasar descubro un precioso salón con una luz algo mas tenue , hay mesas para todo tipo de comensales desde dos hasta doce , el maître nos guía hasta una de dos comensales , me retira la silla y yo agradezco con una sonrisa mientras me siento , mi jefe por así decirlo se sienta frente a mi y pide una botella de vino haciendo que el maître se retire.
—Espero que te guste el sitio.— Me dice con la poca vergüenza. ¿A quien no le gustaría esto?
—Sí , es verdaderamente maravilloso , imagino que la comida debe ser igual o mejor.
—Échale un vistazo a la carta , que no te intimide el precio , pago yo.
Asiento lentamente y abro la carta. ¡MADRE MÍA! Menudos precios , tiene pinta de ser el tipico plato en el que te ponen tres trocitos de lo que sea y te sale el plato por cincuenta euros. El maître vuelve con el vino y lo descorcha sirviendolo en nuestras copas , en una de las tres , luego nos pregunta si ya sabemos que vamos a pedir y Sergio me mira , yo asiento y pido lo más barato de la carta: Tartar de ternera , cuarenta y tres euros cuesta el platito de los cojones , el rubio decide pedir lo mismo que yo y de nuevo el maître se retira , es entonces cuando Sergio se pone en posición , apoyando ambas manos en la mesa y las entrelaza y me mira.
—Bueno , Mara. Cuentáme. ¿A qué ha venido tu ex a Madrid y que hacía en la tienda esta mañana?.
Pienso contarselo , no es mi novio ni nada mío para temerle.
—Ha venido a verme.— Respondo y el se sorprende.
—Así que te pone los cuernos con tu mejor amiga y luego viene a verte a Madrid. Que romántico. ¿Que más quería? No me trago eso de que haya venido a Madrid solo a verte. Ese busca el polvo de emergencia.
Alzo ambas cejas mirándole. ¿Acaba de decir lo que creo que acaba de decir?.
—Tiene novia. No necesita polvo de emergencia.
—Sólo espero que no te acuestes con el Mara, por que eso , me decepcionaría mucho.— Me mira muy seriamente , tanto que hasta me intimida.
—¿Perdón? No eres más que mi jefe , no tienes voz ni voto en mis actos y si me lo tiro es cosa mía , pero aún así tranquilo. No tropiezo dos veces con la misma piedra. Y ahora si me disculpas se me ha quitado el hambre , quiero irme a casa.
Me levanto con decisión de la silla. ¿Quien se cree que es? No voy a dejar que se meta en lo que hago o dejo de hacer o que opine de mi que soy una cualquiera , no voy a acostarme con Luis aunque no me falten ganas , no pienso caer en eso. Cojo el bolso y lo descuelgo de la silla pero el me para agarrandome del brazo , se queda mirándome sin decir nada y yo igual luego , me mira con ojos del gato con botas de Shrek y yo me derrito.
—Quedáte , lo siento. Tienes razon.—Murmura mirándome.
Yo suspiro y finjo no ablandarme pero vuelvo a sentarme en la silla y cuando cuelgo de nuevo el bolso aparece el camarero con nuestra cena. Sergio me hace un gesto de que despúes hablamos del tema , pero sinceramente no me apetece , no quiero hablar de Luis. ¿Por que le interesa tanto? Tiene dinero , es guapo y un chulo , cualquier niñata estaría loca por él. ¿Por que me acosa a mi de esta manera?
Vaya con Sergio!! tan arbitrario y en cuestión de segundos tan tierno.
ResponderEliminarMara no se puede dejar torear por nadie!!! Que mande a Luis a... tomar viento.
Sube el próximo capítulo pronto porfa!!!!
Besos :)
Ays Sara muchas gracias por tus comentarios publico todos los lunes!
ResponderEliminar