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Me gusta todo de ti.

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lunes, 13 de abril de 2015

Capitulo 12

12





Ya es jueves, hora de partir rumbo a Haro, en todo lo que llevo de semana Sergio y yo no hemos hablado, yo no he dejado mi orgullo y por lo que se ve el tampoco. Preparo una pequeña maleta para los días que voy a pasar en el pueblo riojano mientras de vez en cuando echo un vistazo al móvil para responder los mensajes de mi prima, a la que finalmente por nota de audio, le explico lo sucedido y el por que no voy a bajar a Sevilla en el puente. Lo comprende y lo acepta, solo me pide que tenga mucho cuidado y que no me pierda, he omitido los detalles de la bronca con Sergio, como le cuente algo así le echa la cruz y si lo arreglamos, no quiero que le coja manía.
En cuando meto lo esencial en la maleta y algunas prendas la cierro y la bajo de la cama, salgo de mi habitación y compruebo que todo está apagado y desenchufado, cuando confirmo que todo está bien, cojo las llaves y mi bolso y salgo de mi apartamento echando el pestillo.


He programado el GPS y ya estoy en la M-30 camino de La Rioja, conduzco con calma pero tampoco pisando huevos, voy bien motivada con la banda sonora de Crónicas Vampíricas acompañándome en el trayecto, me centro en la carretera e incluso tengo el móvil en silencio para no distraerme, puesto que en cuanto escucho la vibración o las notificaciones necesito mirar que es, así que para no tener accidentes, mejor dejarlo en silencio hasta que haga una parada, aunque solo son unas tres horas y pico de viaje, pero conociéndome tendré que parar a hacer pis seguro.Mientras conduzco, suena This woman's work de Greg Laswell es una canción de las típicas que salen al final de los capítulos de la serie, apagada, y algo triste, lo que me hace pensar en lo sucedido con Sergio, le acepté tal y como es, con esos gustos raros a pesar de sentirme una cornuda, es cierto que me ofreció probarlo pero..Me mantengo firme, si quieres a alguien no lo compartes con nadie, aunque realmente, de su boca aún no han salido las dos palabras mágicas y de la mía..Tampoco. Por otro lado me alegra ver a Lorena con ese tatuado, parece un macarrilla y eso me gusta, me gustan esos piques con él cuando nos encontramos, solo espero que ella tenga mas suerte que yo y su novio, su rollo o lo que quiera que sean no tenga por vicio ir a clubs liberales. Cuando menos cuenta me doy ya estoy en la A-1 por Burgos, según mi GPS ya me queda poco para llegar, y me sorprendo yo misma de ver que no tengo necesidad ni ganas de ir al baño, también será por que apenas he bebido agua en lo que llevo de viaje. Dejo de darle vueltas al tema del rubio, si superé lo de Luis, puedo con esto y mucho más, la verdad es que, puede sonar egoísta, es mas, es egoísta pero necesito abrazar a Víctor, necesito aspirar su aroma a One million y dejarme llevar entre sus brazos.



Después de 3 horas y 7 minutos ya estoy en la calle Virgen de la Vega, en Haro. Aparco a un lado y cojo el móvil para avisar a Víctor de que ya he llegado mientras de fondo suena In front of you de The quiet King. Al primer tono lo coge.


—¿Dónde estás nena?.

El vello se me ha erizado al oír que me llama así.

—Pues según mi gps estoy en la calle Virgen de La Vega. ¿Te suena?

—Claro que me suena. No te muevas de allí, en diez minutos llego.—Me dice justo antes de colgarme.


Mientras lo espero reviso los whatsapp y aviso a mi madre de que he llegado, también a las chicas y a mi prima. En el grupo de las chicas mando una foto de que estoy sana y salva poniéndoles morritos para que estén mas tranquilas. Abro la conversación con Sergio, está en línea tengo ganas de hablarle pero no, me juré a mi misma que jamás volvería a perder el orgullo con ningún tío, ahora les toca a ellos. Para evitar tentaciones, borro la conversación y la verdad es que me quedo hasta mas aliviada, mientras miro el facebook aprovecho y hago una foto por la ventanilla y la publico, ya que estoy, presumo de que he viajado un poco mas allá de Madrid. Sigo cotilleando el facebook y el instagram hasta que escucho unos toquecitos en la ventanilla de coche, miro y es Víctor. En seguida me quito el cinturón, tiro el móvil al asiento de al lado y salgo del coche para lanzarme a sus brazos, y él me recibe encantado en ellos. Me acaricia el pelo e incluso me estrecha con ciertas ganas, también noto que aspira mi aroma y yo aspiro el suyo cerrando los ojos. Después del reencuentro nos separamos y nos damos dos simples besos.


—¿Cómo estás? ¿Y tu madre?. —Pregunto con preocupación.

—Yo estoy como puedo, y mi madre..Bueno, dejemoslo en que está. ¿Y tú? Te has tirado a mis brazos como si se acabara el mundo, nena.—Me dice mientras me mira a los ojos y acaricia una de mis mejillas.

—Yo bien. Ahora mejor.—Sonrío y el sonríe, tampoco puede quejarse de sonrisa, es preciosa, tanto como la de Sergio e incluso más. —¿Has venido andando?.

El asiente apartando su mano de mi mejilla.

—Vivo en la calle de atrás. Así que cuando quieras podemos irnos y te instalas.

Espera..¿Que? ¿Instalarme en su casa? No..No lo veo factible, para nada. No es que no me fie de el pero por la manera en que me limpió el helado de los labios aquella vez..Voy a intentar decirselo con la mayor sutileza posible.

—No te ofendas, agradezco tu hospitalidad Víctor pero..Preferiría buscar alguna pensión o algún hostal.—Su gesto cambia y se pone algo mas serio y yo me miro los dedos algo nerviosa.

—¿No te fías de mi?.—Me dice alzando una ceja.

—¡No! No es eso para nada, es solo que..Bueno no quiero molestar a tu familia. Y bueno si Sergio se entera...

En cuanto nombro al rubio, Víctor aprieta la mandíbula y aparta la mirada de mi un segundo para volverla a fijar en mis ojos de nuevo.

—Tu novio no tiene por que enterarse, a parte no vamos a hacer nada malo ni raro. Solo que ya que has venido por mi, prefiero que no gastes un duro en cualquier sitio, no eres millonaria, eres una dependienta de ZARA. Así que dejame darte cobijo, es lo menos que puedo hacer.

Me limito a asentir como una boba, sus ojos me tienen demasiado embobada. Extiende la mano y le doy las llaves del coche, lo rodeo y me siento en el asiento del copiloto no sin antes coger mi móvil y el entra también en el interior de mi precioso 500, introduce la llave y arranca para salir a la calle de detrás y llegar así a su casa o al menos eso creía por que no giramos en la calle de atrás, la cual veo que se llama Conde de Haro, gira hacia una calle que se llama San Agustín y en mitad de ésta para, saca un pequeño mando de su bolsillo y abre la puerta de un garaje, que bien vive el tío. Mete el coche en el interior y lo deja bien aparcado, luego para el motor y saca la llave del contacto, me mira y me sonríe divertido a lo que yo le devuelvo la sonrisa. Salimos del coche y le pido las llaves, abro el maletero y saco la pequeña maleta que he traído para estos cuatro días aquí, luego cierro el coche y juntos salimos del garaje.



Llegamos al número 22 de la calle Conde de Haro caminando, durante el trayecto, el moreno insiste varias veces en llevarme la maleta, pero yo no le dejo, no estoy manca y además no pesa casi nada. Una vez frente a su casa, saca la llave y abre la puerta de madera dejándome pasar a mi primero, una vez dentro observo el salón, tiene la típica decoración de madre, un bonito sofá color crema y una mesilla pequeña frente al mismo. A la izquierda una mesa mas alta, con cuatro sillas y en frente el típico mueble con la televisión, algunos estantes, cajones y como no, la vitrina de cristal en la que se guarda alguna vajilla. Las paredes son de un color amarillo albero pero suave, los muebles de madera de cerezo, iguales que los de casa de mis padres, marcos con fotos de la familia cuelgan de la pared, son todos guapísimos, la típica familia de guapos.

—¿Tienes un hermano?.—Pregunto al ver a un chico mas joven en una foto con él.

—Sí, es mas pequeño que yo. Ven. Te enseñaré tu habitación y luego el resto de la casa.

Me guía hacia las escaleras y antes de que yo coja en peso mi maleta lo hace él, yo resoplo ofuscada y subo de brazos cruzados como si fuera una niña pequeña enfadada. Observo cuatro puertas a cada lado del pasillo de la planta de arriba y llegamos a la última, la que debe ser la “mía”. Abre la puerta y pasa mientras yo le sigo.


—Esta será tu habitación, está preparada, ahí tienes un amplio armario, las sábanas están limpias y también tienes vacíos los cajones de la mesilla de noche. Espero que estés cómoda.


La verdad es que la habitación es perfecta, todo de colores muy claros cosa que me gusta cuando como ahora entra la luz del sol. La cama debe ser de 1,5 como mucho, por que es bastante grande. El armario es pequeñito, de dos puertas pero para la ropa que traigo sobra, en frente de la cama, al lado de la entrada hay un tocador, me encanta, con un espejo al mas puro estilo de princesita y la cama si la ha hecho él, está perfectamente hecha, no hay ni una sola arruga ni ninguna imperfección.

—Es preciosa, seguro que estaré cómoda.—Respondo con una leve sonrisa.

—Tan preciosa como tu o más. —Murmura él sin quitarme ojo de encima.

Salimos de la habitación y me enseña el resto de la casa, su habitación, la de su hermano, la de sus padres y el baño de la segunda planta. Luego volvemos a bajar y me enseña la cocina, muy coqueta por cierto, y el baño de abajo. Lo que mas me ha gustado de la casa es su habitación, tiene terraza y eso siempre ha sido mi sueño, como en las típicas películas americanas. Después del mini tour por su casa, salimos del hogar, antes de despedirnos de la casa solo por un rato, el moreno coge unas llaves y un par de cascos, ¿tiene moto también? Me da uno a mi y es entonces cuando salimos, cruzamos la calle y en frente una vespa roja nos espera, siento que voy a morir de amor de un momento a otro, siempre quise tener una vespa al mas puro estilo italiano.


—¿Dónde vamos?.—Pregunto curiosa.

—Tengo que ir a ver a mi madre..—Responde él con voz ronca.

Yo no digo nada mas, me limito a asentir y me coloco el casco, Víctor repite el proceso y luego quita el candado de la moto, quita también el pata cabras y se monta en ella, me monto detrás y me acojo a su cintura mientras el arranca para conducir calle arriba.



Casi que me ha hecho una visita guiada mientras llegábamos al hospital, una vez allí aparca la vespa y nos quitamos los cascos. Me coge de la mano y entramos al interior del hospital, mientras voy de su mano siento algo raro, me siento mal por que es como si estuviera siéndole infiel a Sergio pero por otra, siento ternura sobre todo cuando su pulgar acaricia mis nudillos. Cogemos un ascensor y subimos a la cuarta planta, entramos por los pasillos de las habitaciones desde la 21 a la 31, caminamos un poco por dicho pasillo y nos detenemos en la 24.


—Si no quieres entrar, no tienes que hacerlo.—Me dice sin soltar mi mano mirándome fijamente a los ojos.

—No he venido hasta aquí para quedarme esperando en el pasillo.—Respondo con seguridad y le hago un gesto con la cabeza para entrar.

El me sonríe pero a duras penas, y tira de mi mano suavemente para que entre con él en la habitación. Solo hay una paciente, y es su madre, está dormida y con el suero e incluso creo que también tiene una sonda puesta. Es muy guapa, y Víctor se parece mucho a ella y eso que está algo mas demacrada que en la foto que pude ver en su casa, tiene pinta de ser una buena mujer y sobre todo una buena madre, el gaditano se coloca a un lado de la cama y yo al otro mientras escuchamos solo el pitido de una de las maquinas y la respiración de la mujer.


—No va a despertar.—Dice Víctor mientras la mira. —Está en coma, Mara.

Madre mía..Ni si quiera sé que cara poner o que decirle..El asunto es peor de lo que yo creía, pensaba que solo estaría algo enferma y que mejoraría pero..Estando en coma, la cosa es mas grave, miro a la madre de Víctor y luego a él, sus ojos grises se están llenando de lágrimas, sé que las esta conteniendo por que no para de tragar saliva, no quiere llorar delante de mi, odio cuando los hombres van de súper duros y se ponen en este plan. Rápidamente rodeo la cama y cojo su brazo, lo giro hacia mi y luego le abrazo, al principio se queda rígido como una piedra, pero cuando ya no aguanta mas, se abraza a mi y comienza a sollozar muy bajito, casi sin hacer ruido, solo sé que esta llorando por el movimiento de su cuerpo, yo le estrecho contra mi y enredo mis dedos en su pelo, dejando que se desahogue conmigo como yo hiciera con él en su momento. 

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