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Me gusta todo de ti.

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jueves, 26 de febrero de 2015

Capitulo 8

 8


A la mañana siguiente me despierto con el sonido del despertador, abro los ojos y para mi sorpresa estoy en la cama. ¿Me ha traído Víctor hasta aquí? Probablemente pero, ¿dónde está él? Abro bien los ojos hasta poder tener mi campo visual bien amplio y no, no veo a Víctor por ninguna parte y tampoco oigo nada en casa. Me incorporo sentándome en el borde de la cama y entonces veo una nota en mi mesilla de noche, la cojo y la leo:

BUENOS DÍAS PRINCESA.
LEVANTÁTE CON GANAS DE COMERTE EL MUNDO,
QUE DE COMERTE A TI, YA ME ENCARGARÉ YO.

V.

Esa nota me hace sonreír y a la vez sonrojarme, menudas palabras mas provocadoras me suelta el tío. La pongo en el cajón de la ropa interior y me levanto directa a la ducha.
En cuestión de diez minutos salgo del baño envuelta en mi toalla y voy a mi habitación a vestirme, me coloco la ropa interior y la ropa de trabajo, toda de negro como si fuera a un funeral pero con el logotipo de ZARA en la pechonalidad. Y es entonces, cuando me visto, cuando me acuerdo de mi rubio..Aún no asimilo lo de ayer, espero que hoy no le de por visitar la tienda aunque conociéndole y después de lo de anoche, irá sí o sí.



En cuestión de media hora y puntual estoy en el trabajo, entro a la tienda y saludo a mis compañeras con la mejor sonrisa que se poner, paso a lo que yo llamo “trastienda” para dejar mis pertenencias y cuando voy a dejar el móvil me suena, es un WhatsApp de Isa.

Nena, ¿comemos juntas? 10:05

Uf, la verdad es que me vendría de puta madre contarle lo sucedido, Isa es mas pequeña que yo pero su madurez llega a abrumarme, sé que me dará muy buenos consejos al igual que Lorena. Miriam vive en sus mundos de luces y arco iris para que engañarnos, cuando quiere aconseja muy bien y suele ayudarme mucho pero otras veces..Hasta me sorprendo de las cosas que suelta por ese pico. Para no tardar mas le respondo con un:

Salgo a las dos, ven a recogerme y ya decidimos. Te quiero. 10:08

Bloqueo el móvil y lo guardo en el bolsillo interior de mi bolso para prevenir que me lo quiten y me pongo a trabajar.
La mañana está siendo tranquila, solo han venido algunos clientes a comprar prendas no muy caras y algunas devoluciones, prefiero que sea así a estar como otros días hasta el gorro de trabajo, eso solo suele pasar los fines de semana, cuando vienen todas las niñas pijas con sus mamis a comprarse los mejores modelitos. Como veo que la tienda está vacía y mis compañeras pueden apañarse, decido salir a fumar, siempre con el permiso de mi encargada, cruzo el establecimiento y me quedo en la puerta, enciendo un cigarrillo y aspiro una calada tranquilamente, lo necesitaba ya que no me he fumado el cigarro de después de desayunar.

—No deberías fumar.

Reconozco esa voz al instante y rezo a todos los dioses para que no sea él, para que sea una imaginación mía, pero, lamentablemente al girarme ahí está, ese rubio alto de metro ochenta y pico, y sus ojos azules clavados en mi.

—Yo no le digo lo que tiene o no tiene que hacer, señor Fernandez.

Se sorprende ante el trato de usted que le doy, pero la verdad me da igual. En estos momentos él solo es mi jefe y yo una empleada mas, dejo de mirarle para aspirar otra calada.

—¿Ahora me tratas de usted?.—Pregunta acercándose a mi con las manos en los bolsillos de su perfecto traje gris.

Lo miro de reojo dispuesta a responder pero, prefiero callarme, estoy en el trabajo y no quiero que mis compañeras ni los clientes vean ningún numerito.

—Mara..Lo de anoche..—Insiste el.

—Sergio, no quiero hablar de eso. Tus gustos sexuales me han..Descolocado no los comprendo ni creo que los comprenda nunca. Así que si has venido para intentar hacer o arreglar algo, pierdes tu tiempo. No voy a pedirte que cambies por mi, jamás se lo pedí a Luis y tu no vas a ser menos. Pero no puedo estar con alguien a quien le da igual compartirme como si fuera carne de ganado.

Lo miro a los ojos y el me está mirando con ojitos de cordero, se le ve realmente triste y yo he sido muy clara y borde a la vez, no he tenido tacto alguno pero me ha salido así. Lo siento por él pero no le he dicho más que la verdad. El rubio apoya una mano sobre la pared, está peligrosamente cerca de mi y a mi me tiemblan las piernas, deseo abrazarlo pero..No pienso ceder, suspira y baja la mirada.

—Bueno, no voy a obligarte a nada pero..Tal vez si lo probaras..

Antes de que prosiga lo corto.

—No. No me interesa probar que un matrimonio cuarentón me toque mientras tu miras y lo consientes.

El alza su mirada y sus ojos azules se clavan en los míos.

—Bien, entonces la cena de esta noche..

—Voy a ir. —Vuelvo a interrumpirle. —Ya he avisado a Lorena, vendrá conmigo. No lo hago por ti, si no por tu amigo. ¿De acuerdo?

El asiente cabizbajo y yo me termino el cigarro tirando la colilla al suelo.

—Pasaremos por vosotras a las nueve.

Sin decir nada más asentí y lo dejé fuera, volviendo a mi puesto de trabajo. Estaba mordiendome el interior de mi labio para no llorar, y mucho menos en el curro, cogí aire cerrando los ojos y puse mi mejor sonrisa volviendo a la caja para atender a los clientes.




Miro el reloj de la caja y ya son las dos, luego alzo la vista al frente y puedo ver la melena pelirroja de mi niña iluminada por los rayos del sol, que puntual la tía. Mi encargada me da el visto bueno y me deja que salga ya para comer así que ni corta ni perezosa cojo mi bolso y mi chaqueta y sago escopeteada a la salida, antes de abrazarla miro a ambos lados de la calle, el rubio ya no está y cuando compruebo que no hay moros en la cosa, ambas nos abrazamos y nos damos varios besos.

—¿Que tal niña?.—Me pregunta.

—Bien, ¿y tu?.

Ese bien no le ha sonado convincente por la cara con la que me mira, me conoce demasiado bien la mocosa esta.

—¿Que te ha pasado? ¿Yo? ¡Hasta el chichi de estudiar! Pero ya me queda muy poquito.Y en cuanto acabe, pa' Sevilla.

Me ofrece su brazo y yo lo tomo mientras caminamos.

—Te contaré mejor cuando vayamos a comer, o quizá en el postre.

Ambas reímos y seguimos caminando hasta el bar mas cercano. Cuando llegamos comenzamos con un tapeo, ella una cerveza y yo un coca cola con aceitunas. Esto me recuerda a los días que pasábamos en la Provenzal una cadena de bares de low cost donde nos pasábamos horas y horas todos juntos.
Pedimos la comida y ambas optamos por un buen serranito de pollo pero sin tomate. Comemos tranquilas mientras ella me cuenta sobre Nerea, me dice que fue solo una noche puntual y que está planeando volver a hablar con David y yo le aplaudo, si tienen posibilidad de reconciliación ole por ellos.
Terminamos de comer y en cuanto se traga su último trozo de pan me lanza la pregunta del momento.

—Y ahora bien, pequeña saltamontes. ¿Que ha pasado?

Cojo aire y doy un sorbo a mi coca cola tras terminarme la comida, comienzo a explicarle todo lo sucedido anoche bajo su expectación, cuando termino de decirle a donde me llevó y también lo que pasó con Víctor, alucina, su cara es de poker face total, y la comprendo, casi la misma fue la mía anoche, con lo de Sergio claro está, lo de Víctor fue como una terapia nocturna. Espero impaciente a que me diga algo, algún consejo de los suyos pero el silencio se crea, ni ella sabe que decirme cuando es ella la que siempre tiene opciones para todo, la cosa empieza a ponerse complicada si la mente fría del grupo no tiene consejos.

—Isabel por dios, di algo.—Le digo mientras no dejo de mover la pierna por los nervios.

Se encoge de hombros y se apoya sobre la mesa.

—Por primera vez en nuestros cinco años de amistad, no sé que decirte. Es que pienso como tu, ¿que da morbo? Pues puede pero..Yo tampoco estaría con un tío al que le suda los cojones que otro me toque o me haga cualquier cosa delante de él.

Suspiro con lamentación, piensa igual que yo por lo que la cosa entre Sergio y yo mucha solución no tiene, es a la segunda persona que le cuento esto y tanto ella como Víctor piensan igual..Aún tengo que contárselo a Miriam, a Lorena y a Nerea aunque bueno..A Nerea mejor no la dejamos como casacarón de huevo, esa le da a todos los palos.

—Entonces..¿que hago?.

Ella me mira y niega con la cabeza a modo de: “No se nena..” Vuelvo a suspirar y cruzo los brazos sobre la mesa apoyándome también en esta.

—Ve a esa cena con Lore, disfrutala, ve tranquila, ella estará contigo y cuentaselo antes de ir a ver que te dice.¿Vale? —Estira su mano y me agarra el ante brazo y yo asiento sin esbozar ni media sonrisa.

Pago la cuenta, a esta comida invito yo. Nos levantamos de la mesa y ella toma su camino hacia casa y yo mío de nuevo al trabajo. En menos de un cuarto de hora cruzo las puertas de la tienda y de nuevo vuelvo a mi puesto de trabajo, hay bastante gente así que la tarde se presenta animada.






En cuanto salgo de trabajar voy a casa lo mas rápido que puedo, por suerte tardo poco en llegar, en cuanto entro dejo todo en el sofá tirado y me meto a la ducha de nuevo para darme un buen repaso en chapa y pintura mientras llega Lorena. Justo cuando termino de aclararme el pelo suena el telefonillo y salgo empapada y envuelta en la toalla abriéndole el portal. He dejado el suelo hecho una mierda, pero antes de irme le doy un repasito con la fregona y listo. Mientras ella sube yo me pongo la ropa interior y envuelvo mi melena en la misma toalla que tenía en el cuerpo, al menos para que se seque un poco y así me sea mas fácil alisarla.
Abro el armario y no tengo ni puta idea de que ponerme, según venga Lorena vestida así haré, y como si de una bruja se tratase en cuanto pienso en ella suena el timbre de la puerta,y así tal cual, en ropa interior abro.

—Uh, que sexy me recibes morenita.—Me dice con cachondeo y yo la dejo pasar riendo.

Le echo un vistazo y está radiante, lleva un vestido ceñido, palabra de honor negro con algunos destellos y una torera del mismo color, zapatos de tacón alto y de terciopelo, su larga melena casi rubia lisa, y maquilla de una manera elegante, está preciosa mi ricitos.

—¿Que me miras? ¿Te gusto?.—Pregunta frunciendo el ceño y poniendo sus manos en la cintura a modo de jarra.

—Estás preciosa, me encantas nena.

Las dos nos reímos y yo vuelvo a mi habitación seguida de ella, mi amiga se pispa de que no sé que ponerme así que se pone frente al armario y comienza a rebuscar entre las perchas. De repente saca un bonito vestido de falda entubada y escote en forma de V con los tirantes anchos, la miro perversa, ha sido una excelente elección. Mientras me pongo las medias, pienso en como decirle lo sucedido así que decido hacerlo mientras ella me sube la cremallera del vestido.
En cuanto termino me hace girar hacia ella de forma brusca, tanto que casi me mareo.

—¡¿En serio?! ¿Me estás diciendo que vamos a cenar con un pervertido morboso con complejo de mirón? ¡Yo te mato!.

—Eh, vamos. Cálmate, es solo una cena, en cuanto acabe nos piramos.

Me agacho cogiendo los tacones negros y voy hacia el baño para arreglarme el pelo, cuando paso por el salón miro la hora, ¡las nueve menos cuarto! Me he retrasado mas de la cuenta. Una vez en el baño, ella coge el secador y el cepillo de rulo y me alisa el pelo mientras yo me doy la base de maquillaje, trabajo en equipo.

—¿Que vas a hacer?.—Me pregunta.

—Pues no sé, no quiero ir muy cargada de maquillaje, voy a parecer un putón.

—No idiota, con Sergio.

Ah, se refería a eso.

—No voy a estar con una persona de ese tipo Lorena.

Sigo maquillándome y ella sigue liada con mi cabellera.

—Pero te gusta, y quien sabe si te has llegado a enamorar de él ya..Habla con él, dile que no te va eso.

—Ya lo hice Lore, y no pienso decirle que cambie sus gustos por mi. No lo hice con mi ex, no voy a hacerlo con él.—Niego levemente con la cabeza y ella suspira.

Suena el telefonillo y yo me quiero morir. ¡No estoy lista! Bueno casi, mi rizos deja el secador y atiende el porterillo para avisar de que en cinco minutos bajamos, ambas sabemos que es mentira, que será en diez.
Y dicho y hecho, con el pelo liso, y arregladas cogemos nuestros bolsos y chaquetas, unas gotas de Amor Amor y a triunfar.
Salimos del portal y veo a Sergio, lleva una americana negra y una camisa blanca con el botón del cuello desabrochado, miro su rostro y se queda boquiabierto, literalmente al verme y por el rabillo del ojo puedo ver como Lorena se rie de la situación. Al fondo veo al que debe ser su amigo, lleva un peinado muy extraño, así como el flequillo hacia atrás o el pelo y..¡Tiene tatuajes! Veo uno que le sobre sale por el cuello, el también va muy sencillo, pantalón de pinza negro junto con su americana y una camisa de color crema. El muchacho cuando escucha el sonido de nuestros tacones se gira y..¡Madre mia! Con que cara está mirando a mi amiga, podría comérsela con los ojos. Sin vergüenza alguna se va directo a ella y coge su mano besando sus nudillos.

—Héctor Maxwell, para servirla señorita...

Entonces Lorena bruscamente le quita la mano, cosa que ya suponía.

—Regla numero uno, si vuelves a besarme la mano te tragas los dientes, y regla numero dos para ti soy la señorita Garrido.

Y a paso firme se va hacia el coche que nos espera listo para subir, el tal Héctor, totalmente descolocado va tras ella y cuando me dispongo a hacer lo mismo, Sergio me agarra del codo y me lo impide, el contacto de su piel con la mía me eriza el vello y el se da cuenta.

—Estas..Arrebatadora Mara.

—Sergio..Por favor..—Lo miro de reojo y suspiro.

Él se inclina y susurra en mi oído.

—Después de la cena seré yo quien te lleve a casa, quiero que hablemos.

Niego con la cabeza rotundamente y suavemente muevo mi brazo para que me suelte.

—No hay nada más que hablar.

Y dicho esto, camino hacia el coche, un bonito BMW de color azul marino. Me subo a la parte de atrás y luego Sergio viene tras de mi entrando en el asiento del copiloto.

4 comentarios :

  1. cuando más capítulos?? estoy desesperada tanta espera, jejeje

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  2. Cuando publicarás de nuevo!!! gracias

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  3. Queremos mas capítulos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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  4. Pues en mi pagina de faceebook doy la informacion el telado del pc m estaa dando muchos problemas por culpa de un mal informatico. Espero poder arreglarlo pronto.

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