17
El funeral ya había terminado, me
separo de la que un día fue mi suegra y me despido de ella, no sin
antes decirle que para lo que necesite, como siempre, solo tiene que
llamarme. Paso a paso me alejo de ella y de todos los presentes,
tengo que estar temprano en Madrid, para trabajar mañana, por mucho
que Sergio sea ahora mi jefe o como sea, no puedo aprovecharme de
eso. Busco mi móvil por mi bolso hasta que una lejana voz,
nombrándome hace que me detenga, giro sobre mi misma y alzo una ceja
totalmente incrédula al ver de quien se trata.
—¿Quieres aprovechar esta
oportunidad para que volvamos a ser amigas? Pues lo siento guapa,
puedes volver por donde has venido.— Vuelvo a girarme pero esta vez
para caminar hacia delante y alejarme de aquella zorra.
—Mara..Por favor, dame solo unos
minutos.
Se me olvidaba lo bien que se le daba
hacer papeles, ya que es actriz o más bien futura actriz, por que
desde luego, se le da de puta madre actuar. Me giro mirándola con
indiferencia y frialdad mientras consigo al fin sacar mi móvil del
bolso. Me cruzo de brazos colocándome de forma erguida frente a
ella.
—Tienes tres minutos.
—Sé que nunca te lo he dicho, y
sinceramente, no por que no quisiera, si no por que me daba miedo tu
reacción.—En ese instante sonrío satisfecha, me gusta
asustar.—Pero..Siento lo que pasó, pero te juro que yo no lo
busqué Mara, de verdad es algo que..
—¿Pasó solo? Claro, al igual que
pasó con Alex y su chica, la cual era tu mejor amiga ¿no?—La
interrumpo. —Mira Marta, que gastes saliva en una disculpa es
inútil por que jamás, así estés agonizando, pienso perdonarte lo
que hiciste. Luis y yo teníamos planes, planes de futuro, y tu
mandaste a la mierda tres años de relación por ser una puta.
Pero..¿Sabes que? En el fondo siento pena por ti por que, solo ganas
la atención de los hombres metiéndote en relaciones ajenas y siendo
una suelta, no eres capaz de encontrar a un hombre ni de conquistarlo
por ti misma y eso, es muy triste. — Tras esas palabras, con mucha
chulería miro mi reloj y luego a ella de nuevo.—Se acabaron los
tres minutos.
Tras eso, y ahora sí, me giro sobre mi
misma, me coloco las gafas de sol y me alejo de ella con la cabeza
bien alta hacia la salida del cementerio para coger un taxi y así ir
a casa a darme una ducha y preparar todo para mi vuelta a Madrid.
Mientras me doy una buena ducha, mi
madre me prepara el almuerzo, unas ricas lentejas para reponer
fuerzas, además me van a venir de maravilla, no como nada de
cuchareo desde que me fui a Madrid lo que me indica que debo aprender
ya a hacer mas comidas que no sean fritas o cocidas. Noto como el
agua caliente recorre todo mi cuerpo y desciende por mi cabello,
resulta muy relajante pero, mi cabeza no deja de pensar en todo, y
por un lado me siento orgullosa de mi misma por que, con algo de
clase he podido soltarle a Marta todo lo que llevaba meses guardando,
lo único que me duele es que haya tenido que ser el día del adiós
a Luis pero, mejor eso que no haberlo hecho nunca. Por otro lado
también pienso en Sergio, no está agobiándome, sabe que necesito
mi espacio en este momento y me alegra pero sinceramente, estoy
deseando abrazarle y perderme en su aroma, de Víctor no he sabido
nada, le dejé un whatsapp contándole lo sucedido pero ni si quiera
los recibe..Espero que no haya pasado nada y que todo vaya bien a
pesar de la situación que tiene con su madre.
Salgo de la ducha y me seco el cuerpo y
el pelo para poder vestirme, me coloco la ropa interior mientras
tengo aún mi pelo envuelto en una toalla y luego me pongo los
pantalones y una camiseta que mi madre me tenía guardada para cuando
viniera, con un dibujo de Minnie Mouse. Me suelto el pelo de la
toalla y lo cepillo para quitarme todos los enredos y dejo que se
seque al aire para salir al fin a comer.
El almuerzo esta muy tranquilo, yo creo
que mis padres aún siguen como yo, sin creer que Luis haya podido
irse tan pronto y de esa forma, pero mi padre intenta sacarme tema de
conversación preguntando como me va en Madrid.
—Me va bien papá, tengo un piso muy
bonito, a ver si venís pronto a verlo. Está justo al lado de la
Puerta de Alcalá.
—Anda, que buena zona. ¿Te lo puso
la empresa?
—Sí, de noche es muy bonito y
relajante, tengo terraza y me asomo un rato antes de dormir o los
días que no trabajo a lo mejor desayuno ahí.
—Eso esta muy bien, a
ver si me quedo algo mas libre de los entrenamientos y vamos un fin
de semana a visitarte.
Yo asiento y los tres nos
terminamos la comida. Justo cuando llevo el plato a la mesa mi
télefono suena, lo cojo y veo que es Sergio, voy rápida pero
disimuladamente a mi habitación para poder contestar tranquila.
—Dime.—Respondo.
—Hola morena. ¿Como
estás? No he querido llamarte antes pero..Ya no podía resistirme a
saber de ti.
Sonrío aprovechando que
no puedo verme y me siento sobre el borde de la cama, jugueteando con
un bolígrafo de mi escritorio.
—Paso palabra. ¿Y tú?
—Deseando que vuelvas
para estrecharte entre mis brazos. Había pensado que..Bueno si
tienes ganas..
Yo frunzo el ceño.
¿Sergio Fernandez, don congelado va a proponerme un plan para hacer
juntos? Si me lo dicen hace un tiempo no me lo creo.
—¿Que has pensado?
—Podría..No sé,
comprar algo de cena, helado, palomitas o lo que quieras y ver algo
juntos esta noche, en mi casa o en la tuya, no me importa.
Al instante, mi rostro se
enternece y se me pone una cara de tonta que no hay forma de ocultar.
Me encanta la idea, no veo un plan mejor para mi vuelta a Madrid asi
que, encantada acepto su propuesta.
—Mi tren llega a las
ocho.
—Allí estaré.
Puedo notar como sonríe
al otro lado del teléfono, probablemente de la misma forma que estoy
sonriendo yo. Sin más que añadir, colgamos los dos y termino de
ultimar algunos detalles en la pequeña maleta que había traído,
pongo el móvil a cargar para el viaje y me tumbo en mi cama para
echarme una pequeña siesta.
Mi padre me acerca a la
estación tras haberme pasado por el barrio de mi abuela para
despedirme solo de los mas importantes y por supuesto invitarles a
que vengan a mi pisito de Madrid cuando quieran. Me despido también
de mi padre, al que se le nota la tristeza en la cara y a mi también
me cuesta irme, la verdad, pero ambos, como chicos duros que somos,
aparentamos normalidad aunque los dos sepamos que vamos a echarnos de
menos.
—Avisame cuando hayas
llegado. ¿Vale?.
—Sí, papá.—Sonrío
levemente y cierro la puerta del coche tras sacar mi maleta. Me
despido de él con la mano y pone el coche en marcha saliendo de la
estación.
Miro mi reloj, aun son las
seis y media así que, tengo tiempo de tomarme algo en el McDonal's,
quizá un helado. Tiro de mi maleta y camino hacia mi izquierda para
cruzar la puerta y entrar al McDonal's de la estación de Santa
Justa. Mi tren no sale hasta las siete, y por suerte a penas hay cola
así que me pido un sandy de caramelo, lo pago y me siento en una
mesita cercana a la puerta que me lleva al interior de la estación.
Una vez acomodada, saco el móvil para comprobar si Víctor me ha
respondido, y aún siguen igual los mensajes, no ha recibido ni uno,
con cierto temor, pulso en su pérfil y luego en su número, acto
seguido le doy a llamar y llevo el teléfono a mi oído derecho
esperando señal pero, lo único que recibo es: “El móvil al
que llama esta apagado o fuera de cobertura en este momento, por
favor, inténtelo de nuevo mas tarde.”
Suspiro
algo preocupada, no sé si es por que se habra quedado sin batería,
no tenga cobertura o..No sé, sea lo que sea, Víctor de cualquir
forma se pondría en contacto conmigo..Solo espero que esté bien,
intentaré volver a llamarle luego si me despisto de Sergio. Me como
el helado tranquilamente y luego me pongo en pie llevando mi maleta
conmigo al interior de la estación y justo entonces, veo que son
menos diez y por la megafonía escucho como avisan de que mi tren va
a salir, miro en la pantalla y busco mi andén, es el nueve así que
saco mi billete y bajo las escaleras mecánicas hacia mi andén y
luego, subo al AVE buscando mi asiento.
En una
hora y algo mas o menos, el tren para en la estación de Atocha de
Madrid, en cuanto se detiene me levanto del asiento estirandome un
poco, cojo mi maleta y me bajo del vagón, arrastro mi maleta hasta
las escaleras mecánicas y subo para llegar al vestíbulo, una vez
allí miro a mi alrededor a ver si veo a algún rubio alto y guapo y
claro que lo encuentro, con un folio blanco y en dicho mi nombre
escrito, sonrío como una boba mientras niego con la cabeza y camino
hacia él, cuando estoy a su altura suelto la maleta y me limito a
abrazarlo, el abrazo es satisfactoriamente correspondido, aspiro su
aroma, One million como siempre, luego los dos a la vez no
separamos solo unos centímetros, él coge mi mentón y lo alza
haciendo que mis ojos se reflejen en los suyos y me besa con ternura
pero a la vez con ganas, yo pongo una de mis manos en su muñeca y la
otra en el lateral de su cuello respondiendo a aquel beso. Nos
separamos y sonreímos sin tener que decir nada mas, el coge mi
maleta y con la mano que tiene libre me ofrece el folio con mi
nombre, yo lo acepto riendo levemente, luego coge mi mano y
entrelazamos nuestros dedos para salir de la estación rumbo
a..Bueno, o a su casa, o a la mía.
Al
final hemos terminado en su casa, y menos mal que traigo pijama por
que todo apunta a que voy a dormir aquí. ¡Oh no! ¡Mierda! Tengo la
ropa del trabajo en mi piso, tengo que decírselo, no quiero llegar
tarde después de los días libres que he estado teniendo.
—Sergio,
bueno no sé cual es tu idea pero..No puedo pasar la noche aquí, la
ropa del trabajo esta en mi apartamento y..
Enseguida
me interrumpe.
—No
hay problema, pasamos mañana a por ella antes de que entres a
trabajar. ¿De acuerdo?—Me mira mientras echa el freno de mano y yo
asiento.
Salimos
del coche y mientras el lo rodea para sacar mi pequeña maleta del
maletero yo admiro su súper chalet, es increíble, he estado aquí
antes pero..No me había fijado en lo bonito que se ve el jardín de
noche, cuando me doy cuenta le tengo cogido de la mano de nuevo y
caminamos hacia el porche, subiendo un escalon de piedra y me suelta
para abrir la puerta con las llaves, me deja pasar a mi primero y de
nuevo admiro el interior de la vivienda, es sencillamente perfecta.
Me
permite unos minutos para que me ponga comoda y subo a la planta de
arriba, a la habitación de él y me detengo mientras me voy
desvistiendo, nunca la había visto, es en tonos grises y algún que
otro azul celeste, muy bien combinadas las cortinas con el edredón
de la cama, los muebles y el vestidor, ¿cuantos trajes tiene?
¿cien?. Finalmente me coloco unos shorts de pijama y una camiseta
negra con algunos minions dibujados, me coloco las zapatillas y me
recojo el pelo, dejo la ropa que me he quitado bien doblada para
mañana sobre una silla y abro la puerta para bajar al salón.
Cuando
llego, está todo preparado, ensalada para cenar con cerveza para él
y cocacola para mi, sorprendida y sonriente me siento a su lado sobre
la isla de la cocina para cenar.
—Vaya,
¿tanto he tardado?
—Digamos
que..Soy bastante rápido.
Ambos
no miramos y reímos.
—Ya
lo veo.
Picamos
de la ensalada acompañandola con las bebidas y casi podría decirse
que nos la terminamos. Le ayudo a poner todo lo sucio en el
lavavajillas y luego abre la nevera sacando una tarrina de helado de
dulce de leche de Häagen-daz, lo que hace que me muera de
amor en ese momento. Cojo dos cucharas y vamos rumbo al sofá tras
apagar la luz de la cocina. Nos sentamos juntos y el coge el mando,
enciende la tele y con otro mando baja un poco la luz del salón, lo
que hace que yo abra los ojos sorprendida, a la misma vez enciende el
DVD y le da al play, mi emoción aumenta cuando veo que la película
que vamos a ver es una de mis favoritas: El diario de Noa
pero...¿Como lo ha sabido? Quizá se lo haya mencionado y ahora
no me acuerdo. Me recuesto en su hombro tras abrir el helado y ambos
comenzamos a comer de la tarrina mientras vemos la película
acurrucados.
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