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Me gusta todo de ti.

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lunes, 22 de junio de 2015

Capitulo 17

                                                                          17



El funeral ya había terminado, me separo de la que un día fue mi suegra y me despido de ella, no sin antes decirle que para lo que necesite, como siempre, solo tiene que llamarme. Paso a paso me alejo de ella y de todos los presentes, tengo que estar temprano en Madrid, para trabajar mañana, por mucho que Sergio sea ahora mi jefe o como sea, no puedo aprovecharme de eso. Busco mi móvil por mi bolso hasta que una lejana voz, nombrándome hace que me detenga, giro sobre mi misma y alzo una ceja totalmente incrédula al ver de quien se trata.

—¿Quieres aprovechar esta oportunidad para que volvamos a ser amigas? Pues lo siento guapa, puedes volver por donde has venido.— Vuelvo a girarme pero esta vez para caminar hacia delante y alejarme de aquella zorra.

—Mara..Por favor, dame solo unos minutos.

Se me olvidaba lo bien que se le daba hacer papeles, ya que es actriz o más bien futura actriz, por que desde luego, se le da de puta madre actuar. Me giro mirándola con indiferencia y frialdad mientras consigo al fin sacar mi móvil del bolso. Me cruzo de brazos colocándome de forma erguida frente a ella.

—Tienes tres minutos.

—Sé que nunca te lo he dicho, y sinceramente, no por que no quisiera, si no por que me daba miedo tu reacción.—En ese instante sonrío satisfecha, me gusta asustar.—Pero..Siento lo que pasó, pero te juro que yo no lo busqué Mara, de verdad es algo que..

—¿Pasó solo? Claro, al igual que pasó con Alex y su chica, la cual era tu mejor amiga ¿no?—La interrumpo. —Mira Marta, que gastes saliva en una disculpa es inútil por que jamás, así estés agonizando, pienso perdonarte lo que hiciste. Luis y yo teníamos planes, planes de futuro, y tu mandaste a la mierda tres años de relación por ser una puta. Pero..¿Sabes que? En el fondo siento pena por ti por que, solo ganas la atención de los hombres metiéndote en relaciones ajenas y siendo una suelta, no eres capaz de encontrar a un hombre ni de conquistarlo por ti misma y eso, es muy triste. — Tras esas palabras, con mucha chulería miro mi reloj y luego a ella de nuevo.—Se acabaron los tres minutos.

Tras eso, y ahora sí, me giro sobre mi misma, me coloco las gafas de sol y me alejo de ella con la cabeza bien alta hacia la salida del cementerio para coger un taxi y así ir a casa a darme una ducha y preparar todo para mi vuelta a Madrid.






Mientras me doy una buena ducha, mi madre me prepara el almuerzo, unas ricas lentejas para reponer fuerzas, además me van a venir de maravilla, no como nada de cuchareo desde que me fui a Madrid lo que me indica que debo aprender ya a hacer mas comidas que no sean fritas o cocidas. Noto como el agua caliente recorre todo mi cuerpo y desciende por mi cabello, resulta muy relajante pero, mi cabeza no deja de pensar en todo, y por un lado me siento orgullosa de mi misma por que, con algo de clase he podido soltarle a Marta todo lo que llevaba meses guardando, lo único que me duele es que haya tenido que ser el día del adiós a Luis pero, mejor eso que no haberlo hecho nunca. Por otro lado también pienso en Sergio, no está agobiándome, sabe que necesito mi espacio en este momento y me alegra pero sinceramente, estoy deseando abrazarle y perderme en su aroma, de Víctor no he sabido nada, le dejé un whatsapp contándole lo sucedido pero ni si quiera los recibe..Espero que no haya pasado nada y que todo vaya bien a pesar de la situación que tiene con su madre.
Salgo de la ducha y me seco el cuerpo y el pelo para poder vestirme, me coloco la ropa interior mientras tengo aún mi pelo envuelto en una toalla y luego me pongo los pantalones y una camiseta que mi madre me tenía guardada para cuando viniera, con un dibujo de Minnie Mouse. Me suelto el pelo de la toalla y lo cepillo para quitarme todos los enredos y dejo que se seque al aire para salir al fin a comer.
El almuerzo esta muy tranquilo, yo creo que mis padres aún siguen como yo, sin creer que Luis haya podido irse tan pronto y de esa forma, pero mi padre intenta sacarme tema de conversación preguntando como me va en Madrid.

—Me va bien papá, tengo un piso muy bonito, a ver si venís pronto a verlo. Está justo al lado de la Puerta de Alcalá.

—Anda, que buena zona. ¿Te lo puso la empresa?

—Sí, de noche es muy bonito y relajante, tengo terraza y me asomo un rato antes de dormir o los días que no trabajo a lo mejor desayuno ahí.

—Eso esta muy bien, a ver si me quedo algo mas libre de los entrenamientos y vamos un fin de semana a visitarte.

Yo asiento y los tres nos terminamos la comida. Justo cuando llevo el plato a la mesa mi télefono suena, lo cojo y veo que es Sergio, voy rápida pero disimuladamente a mi habitación para poder contestar tranquila.

—Dime.—Respondo.

—Hola morena. ¿Como estás? No he querido llamarte antes pero..Ya no podía resistirme a saber de ti.

Sonrío aprovechando que no puedo verme y me siento sobre el borde de la cama, jugueteando con un bolígrafo de mi escritorio.

—Paso palabra. ¿Y tú?

—Deseando que vuelvas para estrecharte entre mis brazos. Había pensado que..Bueno si tienes ganas..

Yo frunzo el ceño. ¿Sergio Fernandez, don congelado va a proponerme un plan para hacer juntos? Si me lo dicen hace un tiempo no me lo creo.

—¿Que has pensado?

—Podría..No sé, comprar algo de cena, helado, palomitas o lo que quieras y ver algo juntos esta noche, en mi casa o en la tuya, no me importa.

Al instante, mi rostro se enternece y se me pone una cara de tonta que no hay forma de ocultar. Me encanta la idea, no veo un plan mejor para mi vuelta a Madrid asi que, encantada acepto su propuesta.

—Mi tren llega a las ocho.

—Allí estaré.

Puedo notar como sonríe al otro lado del teléfono, probablemente de la misma forma que estoy sonriendo yo. Sin más que añadir, colgamos los dos y termino de ultimar algunos detalles en la pequeña maleta que había traído, pongo el móvil a cargar para el viaje y me tumbo en mi cama para echarme una pequeña siesta.




Mi padre me acerca a la estación tras haberme pasado por el barrio de mi abuela para despedirme solo de los mas importantes y por supuesto invitarles a que vengan a mi pisito de Madrid cuando quieran. Me despido también de mi padre, al que se le nota la tristeza en la cara y a mi también me cuesta irme, la verdad, pero ambos, como chicos duros que somos, aparentamos normalidad aunque los dos sepamos que vamos a echarnos de menos.

—Avisame cuando hayas llegado. ¿Vale?.

—Sí, papá.—Sonrío levemente y cierro la puerta del coche tras sacar mi maleta. Me despido de él con la mano y pone el coche en marcha saliendo de la estación.

Miro mi reloj, aun son las seis y media así que, tengo tiempo de tomarme algo en el McDonal's, quizá un helado. Tiro de mi maleta y camino hacia mi izquierda para cruzar la puerta y entrar al McDonal's de la estación de Santa Justa. Mi tren no sale hasta las siete, y por suerte a penas hay cola así que me pido un sandy de caramelo, lo pago y me siento en una mesita cercana a la puerta que me lleva al interior de la estación. Una vez acomodada, saco el móvil para comprobar si Víctor me ha respondido, y aún siguen igual los mensajes, no ha recibido ni uno, con cierto temor, pulso en su pérfil y luego en su número, acto seguido le doy a llamar y llevo el teléfono a mi oído derecho esperando señal pero, lo único que recibo es: “El móvil al que llama esta apagado o fuera de cobertura en este momento, por favor, inténtelo de nuevo mas tarde.”
Suspiro algo preocupada, no sé si es por que se habra quedado sin batería, no tenga cobertura o..No sé, sea lo que sea, Víctor de cualquir forma se pondría en contacto conmigo..Solo espero que esté bien, intentaré volver a llamarle luego si me despisto de Sergio. Me como el helado tranquilamente y luego me pongo en pie llevando mi maleta conmigo al interior de la estación y justo entonces, veo que son menos diez y por la megafonía escucho como avisan de que mi tren va a salir, miro en la pantalla y busco mi andén, es el nueve así que saco mi billete y bajo las escaleras mecánicas hacia mi andén y luego, subo al AVE buscando mi asiento.



En una hora y algo mas o menos, el tren para en la estación de Atocha de Madrid, en cuanto se detiene me levanto del asiento estirandome un poco, cojo mi maleta y me bajo del vagón, arrastro mi maleta hasta las escaleras mecánicas y subo para llegar al vestíbulo, una vez allí miro a mi alrededor a ver si veo a algún rubio alto y guapo y claro que lo encuentro, con un folio blanco y en dicho mi nombre escrito, sonrío como una boba mientras niego con la cabeza y camino hacia él, cuando estoy a su altura suelto la maleta y me limito a abrazarlo, el abrazo es satisfactoriamente correspondido, aspiro su aroma, One million como siempre, luego los dos a la vez no separamos solo unos centímetros, él coge mi mentón y lo alza haciendo que mis ojos se reflejen en los suyos y me besa con ternura pero a la vez con ganas, yo pongo una de mis manos en su muñeca y la otra en el lateral de su cuello respondiendo a aquel beso. Nos separamos y sonreímos sin tener que decir nada mas, el coge mi maleta y con la mano que tiene libre me ofrece el folio con mi nombre, yo lo acepto riendo levemente, luego coge mi mano y entrelazamos nuestros dedos para salir de la estación rumbo a..Bueno, o a su casa, o a la mía.



Al final hemos terminado en su casa, y menos mal que traigo pijama por que todo apunta a que voy a dormir aquí. ¡Oh no! ¡Mierda! Tengo la ropa del trabajo en mi piso, tengo que decírselo, no quiero llegar tarde después de los días libres que he estado teniendo.

—Sergio, bueno no sé cual es tu idea pero..No puedo pasar la noche aquí, la ropa del trabajo esta en mi apartamento y..

Enseguida me interrumpe.

—No hay problema, pasamos mañana a por ella antes de que entres a trabajar. ¿De acuerdo?—Me mira mientras echa el freno de mano y yo asiento.

Salimos del coche y mientras el lo rodea para sacar mi pequeña maleta del maletero yo admiro su súper chalet, es increíble, he estado aquí antes pero..No me había fijado en lo bonito que se ve el jardín de noche, cuando me doy cuenta le tengo cogido de la mano de nuevo y caminamos hacia el porche, subiendo un escalon de piedra y me suelta para abrir la puerta con las llaves, me deja pasar a mi primero y de nuevo admiro el interior de la vivienda, es sencillamente perfecta.
Me permite unos minutos para que me ponga comoda y subo a la planta de arriba, a la habitación de él y me detengo mientras me voy desvistiendo, nunca la había visto, es en tonos grises y algún que otro azul celeste, muy bien combinadas las cortinas con el edredón de la cama, los muebles y el vestidor, ¿cuantos trajes tiene? ¿cien?. Finalmente me coloco unos shorts de pijama y una camiseta negra con algunos minions dibujados, me coloco las zapatillas y me recojo el pelo, dejo la ropa que me he quitado bien doblada para mañana sobre una silla y abro la puerta para bajar al salón.
Cuando llego, está todo preparado, ensalada para cenar con cerveza para él y cocacola para mi, sorprendida y sonriente me siento a su lado sobre la isla de la cocina para cenar.

—Vaya, ¿tanto he tardado?

—Digamos que..Soy bastante rápido.

Ambos no miramos y reímos.

—Ya lo veo.

Picamos de la ensalada acompañandola con las bebidas y casi podría decirse que nos la terminamos. Le ayudo a poner todo lo sucio en el lavavajillas y luego abre la nevera sacando una tarrina de helado de dulce de leche de Häagen-daz, lo que hace que me muera de amor en ese momento. Cojo dos cucharas y vamos rumbo al sofá tras apagar la luz de la cocina. Nos sentamos juntos y el coge el mando, enciende la tele y con otro mando baja un poco la luz del salón, lo que hace que yo abra los ojos sorprendida, a la misma vez enciende el DVD y le da al play, mi emoción aumenta cuando veo que la película que vamos a ver es una de mis favoritas: El diario de Noa pero...¿Como lo ha sabido? Quizá se lo haya mencionado y ahora no me acuerdo. Me recuesto en su hombro tras abrir el helado y ambos comenzamos a comer de la tarrina mientras vemos la película acurrucados.

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