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Me gusta todo de ti.

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martes, 7 de abril de 2015

Capitulo 11

 11



Tras varias horas de viaje y mientras yo he estado dormida, por fin llegamos a Madrid y lo primero que veo es la Castellana, me estiro un poco dentro del coche mientras el rubio se rie observándome por el rabillo del ojo.

—¿Has dormido bien preciosa?.

Yo asiento ante su pregunta y su dulce tono de voz, algo me dice que se ha llevado medio camino mirando como duermo, de ahí esa ternura. Sergio sigue conduciendo hasta llegar a la puerta de Alcalá y busca un buen aparcamiento, yo me pongo los zapatos y me preparo para salir del coche, mientras aparca abro Instagram y los likes de las fotos con Sergio en semana santa han llegado a ser cincuenta, ¡todo un récord! Nunca he pasado de los diecisiete o los quince, creo que mas de una le ha dado me gusta por el pedazo de rubio que llevo al lado. También aprovecho mientras escucho como mi jefe echa el freno de mano y aviso a mi madre de que he llegado sana y salva.
Nos bajamos del coche y el rubio me ayuda con las maletas, saca la mía y deja la suya en su pedazo de Audi.

—Gracias por el viaje, y sobre todo por venir conmigo.—Le digo mientras lo miro con una sonrisa.

El me sonríe y en seguida me atrae hacia el y me pega a su cuerpo, yo tengo que mirarlo desde abajo como si fuera un hobbit.

—Ha sido mas que un placer, además tu prima y su chico me han caído genial. Son un poco intensos pero muy agradables.—Me dice mientras me coge del mentón.

Y tal y como me imaginaba me besa, lenta pero sensualmente y eso hace incluso que me excite, este hombre tiene una habilidad increíble, solo con rozarme o con mirarme ya me tiembla todo, algo que con Luis me pasaba solo al principio, bueno miento, jamás me he puesto así solo con una mirada de Luis. Después del beso mi móvil vibra y lo saco, es un whatsapp de Nerea, preguntándome si ya he vuelto de Sevilla, respondo en seguida para decirle que si y cuando voy a guardarlo me llama, descuelgo el teléfono bajo la mirada azul del rubio.

—Dime guapa.

—¿Estás en casa?.—Pregunta ella directamente y yo frunzo el ceño ante su tono de voz, el cual parece algo agitado.

—Sí, estoy junto al portal con la maleta. ¿Pasa algo?.

—¿Podemos ir a verte?

Yo frunzo el ceño mas confusa aún.

—¿Podemos?.

—Reunión urgente.

Uh..Eso no suena nada bien, cuando hay reunión como nosotras la llamamos es por que algo grave ha pasado o va a pasar, en seguida le digo que si, que vengan que estaré aquí, nos despedimos y cuelgo el teléfono guardándolo en el bolsillo de mi pantalón.

—¿Pasa algo pequeña?—Pregunta Sergio con cierta preocupación.

—Tengo..Reunión de chicas. ¿No te importa verdad?

Él me sonríe y yo siento que cada vez me enamoro mas de esa sonrisa.

—Claro que no. Pero mañana te quiero para mi. ¿Vale?—Yo asiento y el besa mi frente. —Te recogeré cuando salgas de trabajar y comemos juntos.

Una vez dicho eso, me vuelve a dar un pequeño beso pero esta vez en mis labios, me sonríe pero sin mostrar los dientes y yo sonrío como una auténtica lela, rodeo el coche mientras tiro de mi maleta y el se sube, se despide de mi con la mano y espera a que yo entre en el portal, cuando introduzco la llave y abro me giro, me vuelvo a despedir de el y le tiro un beso, el me sigue el juego, lo coge y lo lleva a sus labios, me rio como una adolescente y entonces arranca y se marcha mientras yo me adentro en mi portal para coger el ascensor.




Después de apenas media hora suena el telefonillo, abro directamente puesto que sé que son las chicas, cuando suben en el ascensor les abro la puerta del apartamento y las hago pasar, viene hasta Lorena, por lo que debe ser algo que me he perdido en..¿Dos días? Bueno día y medio. Ninguna dice nada, se limitan a saludarme, ni me preguntan que tal me ha ido y yo empiezo a asustarme por que una de dos: O tiene que ver conmigo, o tiene que ver conmigo. No hay mas vuelta de hoja.


—¿Me podéis decir que pasa?.—Pregunta bastante ofuscada mientras ellas se van acomodándo por el salón.

—Siéntate.—Dice Lorena haciéndome hueco en el sofá.

Yo muy obediente me acerco al grupo y me siento en el medio de todas, se miran entre ellas como si pensaran quien va a hablar primero y es Lorena quien da el paso.

—Víctor nos ha llamado.

Palidezco y trago saliva en cuanto la escucho. Madre mía..¡Víctor! No le llamo desde que arreglé las cosas con el rubio, dios, soy una persona horrible, el ha estado ahí cuando mas le necesité y yo..He pasado de su culo.

—¿A todas?.— Todas asienten ante mi pregunta. —¿Y que ha dicho? ¿Le pasa algo? ¿Está enfadado verdad?

Lorena coge mis manos y se pone mas seria de lo que ya está.

—Mira, todas sabemos que estás súper bien con Sergio, también sabemos que Sergio y Víctor no se pueden ni ver pero..Víctor te necesita Mara.—No entiendo nada, empiezo a preocuparme demasiado por que no sé que es lo que le ha pasado. —Han ingresado a su madre en el hospital, ella según nos ha contado ya estaba enferma y ahora..Ha empeorado, ha tenido que irse a La Rioja de nuevo, llamó preguntando por ti.
¡Ay dios mío! Suelto las manos de Lorena y las llevo a mi boca para evitar que se me abra mas aún de la impresión, preocupación y pena que siento en estos momentos, toda una mezcla de emociones, hasta ganas de llorar tengo.

—Dios..Dios..¿Por que no me ha llamado él?.—Preguntó alterada mientras me levanto del sofá de sopetón.

—Por que sabía que estabas con Sergio, ese chico se ve que le gustabas y quizá el hecho de que lo hayas arreglado con tu jefe pues le habrá jodido, pero aún así..Mara, no sabes la voz que tenía.—Apunta Isa con carita de tristeza.

En seguida cojo mi móvil y busco a Víctor en la agenda, un tono..dos y a la de tres contesta.

—Mara...

—Víctor, lo siento. No sabía nada. ¿Pero como no me llamas por dios? No importa que esté con Sergio tu estuviste conmigo en las malas y yo también debo estarlo.

Le oigo dar un suspiro cuando yo termino de hablar y también noto como coge aire para comenzar a tomar la palabra el también.

—No estás obligada, es solo que..No sé, necesitaba que fueras tú quien me abrazara. Me jode que después de lo que Sergio hace estés con él, pero es tu decisión.

En ese momento me alejo por si tenemos que hablar de los gustos de Sergio en el sexo, para que las chicas no lo oigan.

—Víctor, acabo de volver de Sevilla y no puedo ir a La Rioja hoy pero..— En ese momento una bombilla se enciende en mi cabeza.— Puedo ir el jueves, puedo..Pasar allí un par de días.

Se supone que el jueves iba a volver a Sevilla, a la Madrugá pero..Esto es más importante.

—No quiero problemas con ese tirillas, con las ganas que le tengo no quiero que venga.

—Iré sola.—Respondo rápidamente.

—Él no va a dejar que vengas sola.

—Él no es mi padre para decidir ni darme permiso.—Contesto con cierto orgullo.—Iré en coche, dime por whatsapp que carretera y demás debo coger. ¿Vale?

El de los ojos bonitos vuelve a suspirar.

—Vale, gracias. Tengo que colgar, es tarde y no dejan usar el móvil a estas horas para no molestar a los enfermos.

—Intenta pasar buena noche. Estamos en contacto.

Me despido de él y cuelgo el teléfono. Todavía no me creo lo que voy a hacer y sobre todo no sé como se lo voy a decir a Sergio sin que se enfade, puesto que va a querer acompañarme y Víctor no quiere, y si los junto a los dos eso será una bomba núclear o peor.

Nos sentamos a cenar unos sandwiches que hemos preparado para cenar algo ligero, aunque la verdad que por mi ni hubiera cenado por que no tengo hambre, mientras cenamos comenzamos a hablar de Héctor y Lorena, la cosa se pone interesante cuando nos cuenta que han usado esposas. ¡Y parecía tonta cuando la compramos! Por lo visto, el tatuado arrogante es un Christian Grey o peor, como le vea a mi rizos un solo moratón me lo cargo, de la ostia que le doy se le borra la tinta de los tatuajes fijate. Miriam va bien con Jose Luis, tan bien que si no es por esta reunión no le vemos el pelo, es lo único que odio de ella, que cuando tiene novio no existe lo demás y ahora que lo tiene unos días aquí menos todavía. Nerea soltera y sin compromiso, bueno disfrutando de todo lo que viene y aprovechando la vida, en realidad me da envidia, ojalá yo fuera tan echá pa' lante como ella e Isa pues..Bueno, con sus peleas con David como siempre, para que cambiar la rutina. Después de charlar y fumar algunos cigarrilos las chicas se van y me quedo sola. Pensando en como decirle mañana a Sergio que me voy el jueves a La Rioja a ver a Víctor, bueno mas que a él a apoyarle con lo de su madre.







La mañana en el trabajo transcurre tranquila, cuando mas gente empieza a entrar es cuando yo me voy por suerte. Es mi hora de comer y ya veo el pelo dorado de Sergio por la puerta, sobre saliendo de entre los percheros, cojo mi bolso con mis pertenencias y salgo a recibirle.

—Mi empleada favorita.—Dice mientras se acerca a mi y besa mis labios con ganas. Yo deshago el beso y le esbozo una sonrisa algo nerviosa por contarle lo sucedido y lo peor no es eso, lo peor es que todos mis estados de ánimo se me notan en la cara. —¿Todo bien? ¿Que pasó anoche con las chicas?.

Ay por dios..Ha preguntado antes de tiempo. Cojo aire y comienzo a caminar con él para alejarnos de la tienda mientras él no deja de mirarme, cuando estamos lo suficientemente alejados me paro frente a él.

—Tengo que comentarte una cosa.

—Dime.—Me dice con cierta seriedad.

—El jueves no voy a volver a Sevilla.

El frunce el ceño bastante sorprendido mirándome.

—¿A que se debe esa decisión?.—Me pregunta.

—Verás Sergio..¿Te acuerdas de Víctor?.

Su cara cambia inmediatamente.

—Oh claro, como olvidar a aquel que te quitaba el helado de la comisura de los labios. Que pasa con él.—Su voz ha cambiado, ahora suena molesto.

—Su madre..Bueno estaba enferma y ahora está ingresada bastante grave. Voy a ir a verle.

Me mira intensamente, tanto que clava sus ojos azules en los míos y yo siento que va a aniquilarme con la mirada, se hace el silencio. No dice nada y yo tampoco digo nada mas hasta que el decide romperlo.

—Iré contigo.

—No.

Su gesto se endurece muchísimo mas si es posible y a mi ya me da respeto hasta mirarle.

—¿Disculpa? No pienso dejar que vayas sola, ese tío esta deseando que vayas para que te fijes en él. Esta es su manera de mendigar.

Me quedo perpleja ante sus palabras. ¿Como coño puede ser tan insensible? Lo miro con rabia y con decepción.

—¿Que? ¡Su madre está enferma! ¡No está mendigando nada! ¿Como puedes ser tan frío?.

—Lo aprendí.—Se limita a responder.—Si vas a verle, olvídate de mi. No pienso consentir que estés allí haciendo dios sabe que con él.

Mi sorpresa para mal va en aumento, ahora mismo solo tengo ganas de cruzarle la cara y mandarle a la mierda, y no sé como consigo contenerme.

—¿Estás seguro?.

El rubio no dice nada. Sólo asiente con la cabeza. Yo hago una mueca asintiendo a modo de “I'm flipping”. Me acomodo el bolso sobre mi hombro y comienzo a caminar dejándole atrás a la espera de que reaccione, pero no lo hace, ha sacado su orgullo a pasear y yo también he sacado el mío o mas bien lo he encontrado de nuevo por que lo perdí con Luis. No pienso buscarle ni llamarle, es un puto egoísta y un frívolo. Por mi, está mas que olvidado.

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