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Me gusta todo de ti.

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miércoles, 29 de abril de 2015

Capitulo 13

                                                                        13



Después de la triste visita al hospital, ya estamos en casa de Víctor. No hay nadie a pesar de que ya es casi la hora de cenar, imagino que vive solo o que quizá su padre y su hermano lleguen mas tarde. Se quita la chaqueta y yo me quito la mía, hace bastante frío aquí, en Sevilla por estas fechas solo hace fresquito. Subimos a la segunda planta y sin decir nada le dejo que entre en su habitación y yo voy a la que él me ha asignado, dejo mi chaqueta sobre una silla y el bolso sobre la misma, sacando el móvil y el tábaco, la luz del móvil está encendida lo que indica que tengo o llamadas perdidas o mensajes, desbloqueo el móvil y tengo whatsapp de todo dios: Mi madre, mis amigas y...Sergio. Inmediatamente el primero que leo es el de él.


¿Cómo estás? ¿Has llegado bien? Soy un gilipollas pero te echo de menos. 20:45


No está conectado ahora mismo, su última conexión es de la hora a la que me ha enviado el mensaje, lo releo una y otra vez mientras me dejo caer en la cama. Sí Sergio, eres un gilipollas,pero yo también te echo de menos. Eso es lo que quiero responder pero mi orgullo me lo impide.

He llegado bien. Gracias. 22:00


Luego me pongo a contestar a mis amigas para decirles también que estoy bien y después a mi madre, con la que me quedo hablando un rato. Me dice que intente buscar Canal Sur para no perderme la salida de La Macarena. Yo le digo que esté tranquila, que no voy a perdérmela por nada del mundo así tenga que verla por el móvil.
Cuando termino de hablar, lo bloqueo y justo entonces los nudillos de Víctor llaman a la puerta y yo asomo la cabeza por un lado del móvil.


—¿Tienes hambre?—Me pregunta con una leve sonrisa.

Yo hago una mueca de: Mas o menos y me incorporo de la cama dejando el móvil sobre ella, Víctor sonríe esta vez con un poco más de ganas y entra en la habitación sentándose sobre la cama, a mi lado.

—¿Que te gustaría cenar? Puedo prepararte algo.

—¿Vas a ser mi chef?.—Pregunto con cierta curiosidad y el asiente.

—Es lo que menos puedo hacer después de que estés aquí, conmigo.—Tras decir eso me coge la mano y yo siento que se me acaba de tensar todo el cuerpo.

Miro nuestras manos y luego lo miro a él, quien esta con sus ojos en este momento casi grises, mirándome intensamente.

—Tú también me ayudaste y eres un buen hombre. Te mereces cosas buenas.—Le sonrío levemente sin soltar su mano.

En ese instante el se acerca más a mi, o más bien, mas a mi rostro. Yo me quedo paralizada, solo puedo pensar en Sergio pero también pienso en el calambre que siento en el estómago, le tengo casi pegado a mis labios y sin darme cuenta..Me besa. Me da un cálido y tierno beso en los labios y yo no se lo niego, se lo respondo, pero entonces me acuerdo de Sergio y me aparto de él con la cabeza agachada, él se da cuenta y me suelta la mano sin separarse de mi rostro.


—Mara...Lo siento yo..

Niego con la cabeza y lo miro.

—No..No pasa nada. ¿Vale? Estás mal y..Olvídalo. Haremos como si no ha pasado.—Respondo algo nerviosa y sinceramente culpable por la situación.

Él asiente algo cabizbajo y los dos a la vez nos levantamos para bajar al salón y cenar algo.
Me ha preparado una deliciosa pasta a la carbonara, ni mi abuela la hace tan rica, y la hemos acompañado de un vino blanco que estaba buenísimo, y eso que no me gusta el vino solo. Se nota que estamos en la tierra de los vinos, nos hemos olvidado del beso por suerte, y hemos disfrutado charlando. No tenemos nada en común, excepto el ser andaluces y que nos gustan los carnavales de Cádiz. Me ha costado hacerle reír, es un tío muy duro, y muy frío a pesar de lo débil que lo he podido ver hoy en el hospital, pero es muy guapo y muy atractivo, tanto que no le faltarán pretendientas, seguro. Le ayudo a recoger la mesa y ponemos juntos el lavavajillas, del congelador saca una tarrina de helado de chocolate con brownie.


—¿Te gusta?—Pregunta mientras me lo enseña y yo asiento efusivamente.

Coge un par de cucharas y apaga la luz mientras los dos salimos hacia el salón, ni si quiera encendemos la tele, hasta que me acuerdo de que quiero ver La Macarena salir. Él sin trabajo alguno encuentra Canal Sur y justo la pillamos saliendo. Disfruto de la salida de la procesión, y él la disfruta conmigo, por que cuando lo miro de vez en cuando para coger un poco de helado, está mirando la tele embelesado, a este tengo que llevármelo yo a una semana santa conmigo. Terminamos de ver la salida y soy yo misma quien apaga la tele, no me apetece verla, me apetece seguir intentando que se ría y abandone esa seriedad que le acompaña, le cuentos chistes malos y a penas sale la sonrisa de la comisura de su boca. Entre los dos, nos terminamos el helado de chocolate y la verdad es que, siento que voy a explotar, los ojos comienzan a pesarme debido al cansancio del viaje, y estoy deseando pillar la cama, a ver como duermo la primera noche. Víctor que no tiene un pelo de tonto, se da cuenta de que me muero de sueño.


—¿Quieres dormir?.—Me pregunta dejando la tarrina de helado vacía con las cucharillas sobre la mesa.

Yo asiento levemente y él en seguida se levanta y me coge en brazos, a lo que yo respondo espabilándome en seguida y agarrándome a él.

—¡Víctor! ¡Que haces bájame!—Exclamo entre algunas risas y el niega sin mover un solo músculo de su cara.

En brazos me sube a la planta de arriba, caminando por el pasillo hacia la que durante mis días aquí va a ser mi habitación, entra en el dormitorio y me deja sobre la cama y es entonces cuando noto que el vino me ha subido un poco, pues la habitación da leves vueltas en mi cabeza y comienzo a reírme yo sola mientras Víctor me mira con el ceño fruncido.
—¿De que te ríes?—Me pregunta serio.

Yo intento dejar de reír para poder responderle pero me es imposible,y respondo entre risas.

—El techo, da vueltas, jajajaja.

—Vale, te ha subido el vino.—El suspira rodando los ojos y se lleva la mano a la frente.

—Oh vamos, no pongas esa cara. —Tiro de su brazo envalentonada por el alcohol y hago que caiga sobre mi.

—Mara, no hagas eso.—Me dice mas serio aún mientras la mirada se le va a mis labios.

Yo me muerdo el labio inferior divertida mientras lo miro.

—¿Por que no?—Pregunto rozando mi nariz con la de él.

Su mandíbula se tensa,y su respiración se acelera.

—Por que voy a arrancarte la ropa y a morderte yo el labio, y entonces te haré mia como nadie lo ha hecho jamás. Y no querrás ver ese lado de mi.

Abro los ojos como platos y casi siento que se me ha ido la mini borrachera que llevo, mi vientre se ha tensado, en realidad todo mi cuerpo se ha tensado, tanto que se me escapa un pequeño jadeo, entonces él si que sonríe, con malicia pero sonríe.

—Y no me gustaría aprovecharme de ti en tu estado. Prefiero que si eso pasa..Estés mas consciente de tus actos. —Me da un beso en la frente y concluye su discurso apartándose de mi. —Cambiáte y descansa nena, mañana iremos a ver un poco el pueblo, comemos fuera y vamos al hospital. Buenas noches. —Me guiña un ojo y sale de la habitación cerrándome la puerta.


Ni si quiera puedo moverme de la cama, pero si que me alegro de no haber hecho nada, no puedo, quiero a Sergio, pero Víctor...Dios, nunca me había pasado algo así. Necesito a mis chicas, necesito terapia de grupo pero por whatsapp no es lo mismo, en cuanto llegue el domingo organizo una cena, es más, la voy a ir organizando ya para que no hagan ningún plan.

Después de avisarlas y de que todas acepten encantadas para cotillear, me cambio y me pongo el pijama, apago la luz y me meto en la cama cerrando los ojos, cayendo en un profundo sueño en cuestión de segundos.

lunes, 13 de abril de 2015

Capitulo 12

12





Ya es jueves, hora de partir rumbo a Haro, en todo lo que llevo de semana Sergio y yo no hemos hablado, yo no he dejado mi orgullo y por lo que se ve el tampoco. Preparo una pequeña maleta para los días que voy a pasar en el pueblo riojano mientras de vez en cuando echo un vistazo al móvil para responder los mensajes de mi prima, a la que finalmente por nota de audio, le explico lo sucedido y el por que no voy a bajar a Sevilla en el puente. Lo comprende y lo acepta, solo me pide que tenga mucho cuidado y que no me pierda, he omitido los detalles de la bronca con Sergio, como le cuente algo así le echa la cruz y si lo arreglamos, no quiero que le coja manía.
En cuando meto lo esencial en la maleta y algunas prendas la cierro y la bajo de la cama, salgo de mi habitación y compruebo que todo está apagado y desenchufado, cuando confirmo que todo está bien, cojo las llaves y mi bolso y salgo de mi apartamento echando el pestillo.


He programado el GPS y ya estoy en la M-30 camino de La Rioja, conduzco con calma pero tampoco pisando huevos, voy bien motivada con la banda sonora de Crónicas Vampíricas acompañándome en el trayecto, me centro en la carretera e incluso tengo el móvil en silencio para no distraerme, puesto que en cuanto escucho la vibración o las notificaciones necesito mirar que es, así que para no tener accidentes, mejor dejarlo en silencio hasta que haga una parada, aunque solo son unas tres horas y pico de viaje, pero conociéndome tendré que parar a hacer pis seguro.Mientras conduzco, suena This woman's work de Greg Laswell es una canción de las típicas que salen al final de los capítulos de la serie, apagada, y algo triste, lo que me hace pensar en lo sucedido con Sergio, le acepté tal y como es, con esos gustos raros a pesar de sentirme una cornuda, es cierto que me ofreció probarlo pero..Me mantengo firme, si quieres a alguien no lo compartes con nadie, aunque realmente, de su boca aún no han salido las dos palabras mágicas y de la mía..Tampoco. Por otro lado me alegra ver a Lorena con ese tatuado, parece un macarrilla y eso me gusta, me gustan esos piques con él cuando nos encontramos, solo espero que ella tenga mas suerte que yo y su novio, su rollo o lo que quiera que sean no tenga por vicio ir a clubs liberales. Cuando menos cuenta me doy ya estoy en la A-1 por Burgos, según mi GPS ya me queda poco para llegar, y me sorprendo yo misma de ver que no tengo necesidad ni ganas de ir al baño, también será por que apenas he bebido agua en lo que llevo de viaje. Dejo de darle vueltas al tema del rubio, si superé lo de Luis, puedo con esto y mucho más, la verdad es que, puede sonar egoísta, es mas, es egoísta pero necesito abrazar a Víctor, necesito aspirar su aroma a One million y dejarme llevar entre sus brazos.



Después de 3 horas y 7 minutos ya estoy en la calle Virgen de la Vega, en Haro. Aparco a un lado y cojo el móvil para avisar a Víctor de que ya he llegado mientras de fondo suena In front of you de The quiet King. Al primer tono lo coge.


—¿Dónde estás nena?.

El vello se me ha erizado al oír que me llama así.

—Pues según mi gps estoy en la calle Virgen de La Vega. ¿Te suena?

—Claro que me suena. No te muevas de allí, en diez minutos llego.—Me dice justo antes de colgarme.


Mientras lo espero reviso los whatsapp y aviso a mi madre de que he llegado, también a las chicas y a mi prima. En el grupo de las chicas mando una foto de que estoy sana y salva poniéndoles morritos para que estén mas tranquilas. Abro la conversación con Sergio, está en línea tengo ganas de hablarle pero no, me juré a mi misma que jamás volvería a perder el orgullo con ningún tío, ahora les toca a ellos. Para evitar tentaciones, borro la conversación y la verdad es que me quedo hasta mas aliviada, mientras miro el facebook aprovecho y hago una foto por la ventanilla y la publico, ya que estoy, presumo de que he viajado un poco mas allá de Madrid. Sigo cotilleando el facebook y el instagram hasta que escucho unos toquecitos en la ventanilla de coche, miro y es Víctor. En seguida me quito el cinturón, tiro el móvil al asiento de al lado y salgo del coche para lanzarme a sus brazos, y él me recibe encantado en ellos. Me acaricia el pelo e incluso me estrecha con ciertas ganas, también noto que aspira mi aroma y yo aspiro el suyo cerrando los ojos. Después del reencuentro nos separamos y nos damos dos simples besos.


—¿Cómo estás? ¿Y tu madre?. —Pregunto con preocupación.

—Yo estoy como puedo, y mi madre..Bueno, dejemoslo en que está. ¿Y tú? Te has tirado a mis brazos como si se acabara el mundo, nena.—Me dice mientras me mira a los ojos y acaricia una de mis mejillas.

—Yo bien. Ahora mejor.—Sonrío y el sonríe, tampoco puede quejarse de sonrisa, es preciosa, tanto como la de Sergio e incluso más. —¿Has venido andando?.

El asiente apartando su mano de mi mejilla.

—Vivo en la calle de atrás. Así que cuando quieras podemos irnos y te instalas.

Espera..¿Que? ¿Instalarme en su casa? No..No lo veo factible, para nada. No es que no me fie de el pero por la manera en que me limpió el helado de los labios aquella vez..Voy a intentar decirselo con la mayor sutileza posible.

—No te ofendas, agradezco tu hospitalidad Víctor pero..Preferiría buscar alguna pensión o algún hostal.—Su gesto cambia y se pone algo mas serio y yo me miro los dedos algo nerviosa.

—¿No te fías de mi?.—Me dice alzando una ceja.

—¡No! No es eso para nada, es solo que..Bueno no quiero molestar a tu familia. Y bueno si Sergio se entera...

En cuanto nombro al rubio, Víctor aprieta la mandíbula y aparta la mirada de mi un segundo para volverla a fijar en mis ojos de nuevo.

—Tu novio no tiene por que enterarse, a parte no vamos a hacer nada malo ni raro. Solo que ya que has venido por mi, prefiero que no gastes un duro en cualquier sitio, no eres millonaria, eres una dependienta de ZARA. Así que dejame darte cobijo, es lo menos que puedo hacer.

Me limito a asentir como una boba, sus ojos me tienen demasiado embobada. Extiende la mano y le doy las llaves del coche, lo rodeo y me siento en el asiento del copiloto no sin antes coger mi móvil y el entra también en el interior de mi precioso 500, introduce la llave y arranca para salir a la calle de detrás y llegar así a su casa o al menos eso creía por que no giramos en la calle de atrás, la cual veo que se llama Conde de Haro, gira hacia una calle que se llama San Agustín y en mitad de ésta para, saca un pequeño mando de su bolsillo y abre la puerta de un garaje, que bien vive el tío. Mete el coche en el interior y lo deja bien aparcado, luego para el motor y saca la llave del contacto, me mira y me sonríe divertido a lo que yo le devuelvo la sonrisa. Salimos del coche y le pido las llaves, abro el maletero y saco la pequeña maleta que he traído para estos cuatro días aquí, luego cierro el coche y juntos salimos del garaje.



Llegamos al número 22 de la calle Conde de Haro caminando, durante el trayecto, el moreno insiste varias veces en llevarme la maleta, pero yo no le dejo, no estoy manca y además no pesa casi nada. Una vez frente a su casa, saca la llave y abre la puerta de madera dejándome pasar a mi primero, una vez dentro observo el salón, tiene la típica decoración de madre, un bonito sofá color crema y una mesilla pequeña frente al mismo. A la izquierda una mesa mas alta, con cuatro sillas y en frente el típico mueble con la televisión, algunos estantes, cajones y como no, la vitrina de cristal en la que se guarda alguna vajilla. Las paredes son de un color amarillo albero pero suave, los muebles de madera de cerezo, iguales que los de casa de mis padres, marcos con fotos de la familia cuelgan de la pared, son todos guapísimos, la típica familia de guapos.

—¿Tienes un hermano?.—Pregunto al ver a un chico mas joven en una foto con él.

—Sí, es mas pequeño que yo. Ven. Te enseñaré tu habitación y luego el resto de la casa.

Me guía hacia las escaleras y antes de que yo coja en peso mi maleta lo hace él, yo resoplo ofuscada y subo de brazos cruzados como si fuera una niña pequeña enfadada. Observo cuatro puertas a cada lado del pasillo de la planta de arriba y llegamos a la última, la que debe ser la “mía”. Abre la puerta y pasa mientras yo le sigo.


—Esta será tu habitación, está preparada, ahí tienes un amplio armario, las sábanas están limpias y también tienes vacíos los cajones de la mesilla de noche. Espero que estés cómoda.


La verdad es que la habitación es perfecta, todo de colores muy claros cosa que me gusta cuando como ahora entra la luz del sol. La cama debe ser de 1,5 como mucho, por que es bastante grande. El armario es pequeñito, de dos puertas pero para la ropa que traigo sobra, en frente de la cama, al lado de la entrada hay un tocador, me encanta, con un espejo al mas puro estilo de princesita y la cama si la ha hecho él, está perfectamente hecha, no hay ni una sola arruga ni ninguna imperfección.

—Es preciosa, seguro que estaré cómoda.—Respondo con una leve sonrisa.

—Tan preciosa como tu o más. —Murmura él sin quitarme ojo de encima.

Salimos de la habitación y me enseña el resto de la casa, su habitación, la de su hermano, la de sus padres y el baño de la segunda planta. Luego volvemos a bajar y me enseña la cocina, muy coqueta por cierto, y el baño de abajo. Lo que mas me ha gustado de la casa es su habitación, tiene terraza y eso siempre ha sido mi sueño, como en las típicas películas americanas. Después del mini tour por su casa, salimos del hogar, antes de despedirnos de la casa solo por un rato, el moreno coge unas llaves y un par de cascos, ¿tiene moto también? Me da uno a mi y es entonces cuando salimos, cruzamos la calle y en frente una vespa roja nos espera, siento que voy a morir de amor de un momento a otro, siempre quise tener una vespa al mas puro estilo italiano.


—¿Dónde vamos?.—Pregunto curiosa.

—Tengo que ir a ver a mi madre..—Responde él con voz ronca.

Yo no digo nada mas, me limito a asentir y me coloco el casco, Víctor repite el proceso y luego quita el candado de la moto, quita también el pata cabras y se monta en ella, me monto detrás y me acojo a su cintura mientras el arranca para conducir calle arriba.



Casi que me ha hecho una visita guiada mientras llegábamos al hospital, una vez allí aparca la vespa y nos quitamos los cascos. Me coge de la mano y entramos al interior del hospital, mientras voy de su mano siento algo raro, me siento mal por que es como si estuviera siéndole infiel a Sergio pero por otra, siento ternura sobre todo cuando su pulgar acaricia mis nudillos. Cogemos un ascensor y subimos a la cuarta planta, entramos por los pasillos de las habitaciones desde la 21 a la 31, caminamos un poco por dicho pasillo y nos detenemos en la 24.


—Si no quieres entrar, no tienes que hacerlo.—Me dice sin soltar mi mano mirándome fijamente a los ojos.

—No he venido hasta aquí para quedarme esperando en el pasillo.—Respondo con seguridad y le hago un gesto con la cabeza para entrar.

El me sonríe pero a duras penas, y tira de mi mano suavemente para que entre con él en la habitación. Solo hay una paciente, y es su madre, está dormida y con el suero e incluso creo que también tiene una sonda puesta. Es muy guapa, y Víctor se parece mucho a ella y eso que está algo mas demacrada que en la foto que pude ver en su casa, tiene pinta de ser una buena mujer y sobre todo una buena madre, el gaditano se coloca a un lado de la cama y yo al otro mientras escuchamos solo el pitido de una de las maquinas y la respiración de la mujer.


—No va a despertar.—Dice Víctor mientras la mira. —Está en coma, Mara.

Madre mía..Ni si quiera sé que cara poner o que decirle..El asunto es peor de lo que yo creía, pensaba que solo estaría algo enferma y que mejoraría pero..Estando en coma, la cosa es mas grave, miro a la madre de Víctor y luego a él, sus ojos grises se están llenando de lágrimas, sé que las esta conteniendo por que no para de tragar saliva, no quiere llorar delante de mi, odio cuando los hombres van de súper duros y se ponen en este plan. Rápidamente rodeo la cama y cojo su brazo, lo giro hacia mi y luego le abrazo, al principio se queda rígido como una piedra, pero cuando ya no aguanta mas, se abraza a mi y comienza a sollozar muy bajito, casi sin hacer ruido, solo sé que esta llorando por el movimiento de su cuerpo, yo le estrecho contra mi y enredo mis dedos en su pelo, dejando que se desahogue conmigo como yo hiciera con él en su momento. 

martes, 7 de abril de 2015

Capitulo 11

 11



Tras varias horas de viaje y mientras yo he estado dormida, por fin llegamos a Madrid y lo primero que veo es la Castellana, me estiro un poco dentro del coche mientras el rubio se rie observándome por el rabillo del ojo.

—¿Has dormido bien preciosa?.

Yo asiento ante su pregunta y su dulce tono de voz, algo me dice que se ha llevado medio camino mirando como duermo, de ahí esa ternura. Sergio sigue conduciendo hasta llegar a la puerta de Alcalá y busca un buen aparcamiento, yo me pongo los zapatos y me preparo para salir del coche, mientras aparca abro Instagram y los likes de las fotos con Sergio en semana santa han llegado a ser cincuenta, ¡todo un récord! Nunca he pasado de los diecisiete o los quince, creo que mas de una le ha dado me gusta por el pedazo de rubio que llevo al lado. También aprovecho mientras escucho como mi jefe echa el freno de mano y aviso a mi madre de que he llegado sana y salva.
Nos bajamos del coche y el rubio me ayuda con las maletas, saca la mía y deja la suya en su pedazo de Audi.

—Gracias por el viaje, y sobre todo por venir conmigo.—Le digo mientras lo miro con una sonrisa.

El me sonríe y en seguida me atrae hacia el y me pega a su cuerpo, yo tengo que mirarlo desde abajo como si fuera un hobbit.

—Ha sido mas que un placer, además tu prima y su chico me han caído genial. Son un poco intensos pero muy agradables.—Me dice mientras me coge del mentón.

Y tal y como me imaginaba me besa, lenta pero sensualmente y eso hace incluso que me excite, este hombre tiene una habilidad increíble, solo con rozarme o con mirarme ya me tiembla todo, algo que con Luis me pasaba solo al principio, bueno miento, jamás me he puesto así solo con una mirada de Luis. Después del beso mi móvil vibra y lo saco, es un whatsapp de Nerea, preguntándome si ya he vuelto de Sevilla, respondo en seguida para decirle que si y cuando voy a guardarlo me llama, descuelgo el teléfono bajo la mirada azul del rubio.

—Dime guapa.

—¿Estás en casa?.—Pregunta ella directamente y yo frunzo el ceño ante su tono de voz, el cual parece algo agitado.

—Sí, estoy junto al portal con la maleta. ¿Pasa algo?.

—¿Podemos ir a verte?

Yo frunzo el ceño mas confusa aún.

—¿Podemos?.

—Reunión urgente.

Uh..Eso no suena nada bien, cuando hay reunión como nosotras la llamamos es por que algo grave ha pasado o va a pasar, en seguida le digo que si, que vengan que estaré aquí, nos despedimos y cuelgo el teléfono guardándolo en el bolsillo de mi pantalón.

—¿Pasa algo pequeña?—Pregunta Sergio con cierta preocupación.

—Tengo..Reunión de chicas. ¿No te importa verdad?

Él me sonríe y yo siento que cada vez me enamoro mas de esa sonrisa.

—Claro que no. Pero mañana te quiero para mi. ¿Vale?—Yo asiento y el besa mi frente. —Te recogeré cuando salgas de trabajar y comemos juntos.

Una vez dicho eso, me vuelve a dar un pequeño beso pero esta vez en mis labios, me sonríe pero sin mostrar los dientes y yo sonrío como una auténtica lela, rodeo el coche mientras tiro de mi maleta y el se sube, se despide de mi con la mano y espera a que yo entre en el portal, cuando introduzco la llave y abro me giro, me vuelvo a despedir de el y le tiro un beso, el me sigue el juego, lo coge y lo lleva a sus labios, me rio como una adolescente y entonces arranca y se marcha mientras yo me adentro en mi portal para coger el ascensor.




Después de apenas media hora suena el telefonillo, abro directamente puesto que sé que son las chicas, cuando suben en el ascensor les abro la puerta del apartamento y las hago pasar, viene hasta Lorena, por lo que debe ser algo que me he perdido en..¿Dos días? Bueno día y medio. Ninguna dice nada, se limitan a saludarme, ni me preguntan que tal me ha ido y yo empiezo a asustarme por que una de dos: O tiene que ver conmigo, o tiene que ver conmigo. No hay mas vuelta de hoja.


—¿Me podéis decir que pasa?.—Pregunta bastante ofuscada mientras ellas se van acomodándo por el salón.

—Siéntate.—Dice Lorena haciéndome hueco en el sofá.

Yo muy obediente me acerco al grupo y me siento en el medio de todas, se miran entre ellas como si pensaran quien va a hablar primero y es Lorena quien da el paso.

—Víctor nos ha llamado.

Palidezco y trago saliva en cuanto la escucho. Madre mía..¡Víctor! No le llamo desde que arreglé las cosas con el rubio, dios, soy una persona horrible, el ha estado ahí cuando mas le necesité y yo..He pasado de su culo.

—¿A todas?.— Todas asienten ante mi pregunta. —¿Y que ha dicho? ¿Le pasa algo? ¿Está enfadado verdad?

Lorena coge mis manos y se pone mas seria de lo que ya está.

—Mira, todas sabemos que estás súper bien con Sergio, también sabemos que Sergio y Víctor no se pueden ni ver pero..Víctor te necesita Mara.—No entiendo nada, empiezo a preocuparme demasiado por que no sé que es lo que le ha pasado. —Han ingresado a su madre en el hospital, ella según nos ha contado ya estaba enferma y ahora..Ha empeorado, ha tenido que irse a La Rioja de nuevo, llamó preguntando por ti.
¡Ay dios mío! Suelto las manos de Lorena y las llevo a mi boca para evitar que se me abra mas aún de la impresión, preocupación y pena que siento en estos momentos, toda una mezcla de emociones, hasta ganas de llorar tengo.

—Dios..Dios..¿Por que no me ha llamado él?.—Preguntó alterada mientras me levanto del sofá de sopetón.

—Por que sabía que estabas con Sergio, ese chico se ve que le gustabas y quizá el hecho de que lo hayas arreglado con tu jefe pues le habrá jodido, pero aún así..Mara, no sabes la voz que tenía.—Apunta Isa con carita de tristeza.

En seguida cojo mi móvil y busco a Víctor en la agenda, un tono..dos y a la de tres contesta.

—Mara...

—Víctor, lo siento. No sabía nada. ¿Pero como no me llamas por dios? No importa que esté con Sergio tu estuviste conmigo en las malas y yo también debo estarlo.

Le oigo dar un suspiro cuando yo termino de hablar y también noto como coge aire para comenzar a tomar la palabra el también.

—No estás obligada, es solo que..No sé, necesitaba que fueras tú quien me abrazara. Me jode que después de lo que Sergio hace estés con él, pero es tu decisión.

En ese momento me alejo por si tenemos que hablar de los gustos de Sergio en el sexo, para que las chicas no lo oigan.

—Víctor, acabo de volver de Sevilla y no puedo ir a La Rioja hoy pero..— En ese momento una bombilla se enciende en mi cabeza.— Puedo ir el jueves, puedo..Pasar allí un par de días.

Se supone que el jueves iba a volver a Sevilla, a la Madrugá pero..Esto es más importante.

—No quiero problemas con ese tirillas, con las ganas que le tengo no quiero que venga.

—Iré sola.—Respondo rápidamente.

—Él no va a dejar que vengas sola.

—Él no es mi padre para decidir ni darme permiso.—Contesto con cierto orgullo.—Iré en coche, dime por whatsapp que carretera y demás debo coger. ¿Vale?

El de los ojos bonitos vuelve a suspirar.

—Vale, gracias. Tengo que colgar, es tarde y no dejan usar el móvil a estas horas para no molestar a los enfermos.

—Intenta pasar buena noche. Estamos en contacto.

Me despido de él y cuelgo el teléfono. Todavía no me creo lo que voy a hacer y sobre todo no sé como se lo voy a decir a Sergio sin que se enfade, puesto que va a querer acompañarme y Víctor no quiere, y si los junto a los dos eso será una bomba núclear o peor.

Nos sentamos a cenar unos sandwiches que hemos preparado para cenar algo ligero, aunque la verdad que por mi ni hubiera cenado por que no tengo hambre, mientras cenamos comenzamos a hablar de Héctor y Lorena, la cosa se pone interesante cuando nos cuenta que han usado esposas. ¡Y parecía tonta cuando la compramos! Por lo visto, el tatuado arrogante es un Christian Grey o peor, como le vea a mi rizos un solo moratón me lo cargo, de la ostia que le doy se le borra la tinta de los tatuajes fijate. Miriam va bien con Jose Luis, tan bien que si no es por esta reunión no le vemos el pelo, es lo único que odio de ella, que cuando tiene novio no existe lo demás y ahora que lo tiene unos días aquí menos todavía. Nerea soltera y sin compromiso, bueno disfrutando de todo lo que viene y aprovechando la vida, en realidad me da envidia, ojalá yo fuera tan echá pa' lante como ella e Isa pues..Bueno, con sus peleas con David como siempre, para que cambiar la rutina. Después de charlar y fumar algunos cigarrilos las chicas se van y me quedo sola. Pensando en como decirle mañana a Sergio que me voy el jueves a La Rioja a ver a Víctor, bueno mas que a él a apoyarle con lo de su madre.







La mañana en el trabajo transcurre tranquila, cuando mas gente empieza a entrar es cuando yo me voy por suerte. Es mi hora de comer y ya veo el pelo dorado de Sergio por la puerta, sobre saliendo de entre los percheros, cojo mi bolso con mis pertenencias y salgo a recibirle.

—Mi empleada favorita.—Dice mientras se acerca a mi y besa mis labios con ganas. Yo deshago el beso y le esbozo una sonrisa algo nerviosa por contarle lo sucedido y lo peor no es eso, lo peor es que todos mis estados de ánimo se me notan en la cara. —¿Todo bien? ¿Que pasó anoche con las chicas?.

Ay por dios..Ha preguntado antes de tiempo. Cojo aire y comienzo a caminar con él para alejarnos de la tienda mientras él no deja de mirarme, cuando estamos lo suficientemente alejados me paro frente a él.

—Tengo que comentarte una cosa.

—Dime.—Me dice con cierta seriedad.

—El jueves no voy a volver a Sevilla.

El frunce el ceño bastante sorprendido mirándome.

—¿A que se debe esa decisión?.—Me pregunta.

—Verás Sergio..¿Te acuerdas de Víctor?.

Su cara cambia inmediatamente.

—Oh claro, como olvidar a aquel que te quitaba el helado de la comisura de los labios. Que pasa con él.—Su voz ha cambiado, ahora suena molesto.

—Su madre..Bueno estaba enferma y ahora está ingresada bastante grave. Voy a ir a verle.

Me mira intensamente, tanto que clava sus ojos azules en los míos y yo siento que va a aniquilarme con la mirada, se hace el silencio. No dice nada y yo tampoco digo nada mas hasta que el decide romperlo.

—Iré contigo.

—No.

Su gesto se endurece muchísimo mas si es posible y a mi ya me da respeto hasta mirarle.

—¿Disculpa? No pienso dejar que vayas sola, ese tío esta deseando que vayas para que te fijes en él. Esta es su manera de mendigar.

Me quedo perpleja ante sus palabras. ¿Como coño puede ser tan insensible? Lo miro con rabia y con decepción.

—¿Que? ¡Su madre está enferma! ¡No está mendigando nada! ¿Como puedes ser tan frío?.

—Lo aprendí.—Se limita a responder.—Si vas a verle, olvídate de mi. No pienso consentir que estés allí haciendo dios sabe que con él.

Mi sorpresa para mal va en aumento, ahora mismo solo tengo ganas de cruzarle la cara y mandarle a la mierda, y no sé como consigo contenerme.

—¿Estás seguro?.

El rubio no dice nada. Sólo asiente con la cabeza. Yo hago una mueca asintiendo a modo de “I'm flipping”. Me acomodo el bolso sobre mi hombro y comienzo a caminar dejándole atrás a la espera de que reaccione, pero no lo hace, ha sacado su orgullo a pasear y yo también he sacado el mío o mas bien lo he encontrado de nuevo por que lo perdí con Luis. No pienso buscarle ni llamarle, es un puto egoísta y un frívolo. Por mi, está mas que olvidado.